sábado, 31 de enero de 2015

Sigue la racha, hiperbórea.

Hoy al mediodía una gaviota hiperbórea Larus hyperboreus reposaba en la playa de Bañugues junto al resto de gaviotas. Otro ejemplar que continúa la excelente racha de gaviotas de esta temporada.




La verdad es que se trata de un precioso individuo, de talla grande, prácticamente como un gavión, pico grande rosado con la punta claramente oscura y el ojo negro destacando en el centro de su gran cabeza. Con este enorme tamaño y su color claro destaca nítidamente entre el resto de gaviotas.



Los gavioteros somos gente un poco rara, y cuando aparecen mapas atmosféricos como el previsto para hoy sábado, con frío y fuertes vientos de componente norte nos frotamos las manos esperando con los brazos abiertos a las amigas blancas del Ártico. Probablemente la hiperbórea es la especie que más nos alegra encontrar.



La hiper se fue al poco rato de llegar yo a la playa ya que la marea estaba muy arriba. Confío en que se quede por la zona, quizás termine por la bahía de Xixón.

martes, 27 de enero de 2015

Correlimos tridáctilo en invierno

La invernada del correlimos tridáctilo Calidris alba en Asturias es muy escasa. Por un lado, pequeños grupos de unas pocas aves se localizan en lugares puntuales del litoral, como la bocana de la ría de Avilés. Por otro, ejemplares aislados vagan de unas playas a otras, moviéndose con el ritmo de las mareas. Uno de estos últimos se acercó a la playa de Bañugues el sábado pásado con la marea baja.



Lo escuché reclamar mientras observaba el grupo de gaviotas, a mediodía, y tras un rápido vuelo por el arenal se posó en la orilla, donde comenzó a alimentarse activamente. Por el plumaje creo que se trata de un adulto. Este otoño hubo alguna cita tardía en noviembre, algo habitual, pero esta es mi primera referencia invernal en el blog.



sábado, 24 de enero de 2015

El pequeño mito, ese equilibrista.

No hay invierno que me resista a escribir una entrada en el blog acerca del mito Aegithalos caudatus. Entre mis imágenes favoritas de esta estación se encuentra la de los pequeños grupitos familiares de esta pequeña bola de plumas, volando erráticos de un lugar a otro, en aparente desorden y llenando el aire con su reclamo incesante.


En este continuo ir y venir, los mitos se convierten en verdaderos equilibristas de árboles y arbustos, buscando pequeños invertebrados en todas las posiciones imaginables. Así, tan pronto suben verticalmente por las ramas...


como se cuelgan de las ramitas más finas



y tampoco hacen ascos a buscar pegados a los troncos.



Estos grupos invernales pueden verse en casi cualquier área arbolada, pero en nuestra zona sobre todo frecuentan los parques y los bosques de ribera. Este reducido grupo de 7 aves fue visto por mí hace unos días en una sauceda de la margen de la ría de Avilés.

jueves, 22 de enero de 2015

Gaviota de Franklin en Bañugues

Este mediodía un juvenil de primer invierno de gaviota de Franklin o gaviota pipizcán Larus pipixcan reposaba en la playa de Bañugues junto al resto de gaviotas.


Curiosamente, frente a la escasez de números en invernantes normales que relataba ayer, está siendo una buena temporada para la observación de gaviotas raras. Ésta en concreto es un divagante norteamericano, que cría en sistemas lacustres de Norteamérica e inverna en la costa oeste de Sudamérica.



Por lo poco que pude ver de este ejemplar es de tamaño bastante pequeño, notablemente menor que las gaviotas cabecinegras con las que estaba asociada, y el dorso gris plomizo, También es característico el capirote negruzco para distinguirla de otras especies. Es una de las gaviotas más raras que podemos ver por aquí, en Asturies creo que es la tercera cita.


Justo a los 5 minutos de localizarla se fue volando junto al grupo de cabecinegras, en ese momento le pude sacar la única foto en vuelo. Confiemos en que de verdad se junte a las cabecinegras invernantes en la zona y se quede una temporada.


miércoles, 21 de enero de 2015

Escasez

A estas alturas del invierno, y una vez que buena parte del mismo ha transcurrido ya, creo que la principal característica del mismo por lo que a las aves se refiere, al menos por las zonas donde yo me muevo, es una preocupante escasez. Escasez que además alcanza a todos los niveles y grupos de aves acuáticas. Dejando aparte las especies que son más difíciles de ver y más sometidas a fluctuaciones, las especies regulares están invernando en números muy pobres.

Un claro ejemplo son las gaviotas pequeñas. La  gaviota reidora, por ejemplo, registra grupos de cerca de 100 aves en invierno en Luanco, a veces más, y en torno a 50 en Bañugues. Este invierno en Luanco apenas llega a 40 ejemplares, y en Bañugues se aprecian aves aisladas. Por su parte, la gaviota cabecinegra en estos últimos años ha registrado concentraciones superiores a las 100 aves, y este invierno apenas se ha llegado a 30 algunos días.



Una lástima, porque estas gaviotas llenaban las ensenadas y este año están muy vacías.


Otro caso claro es el de la gaviota cana; estos últimos inviernos suele permanecer por la zona algún ejemplar, y en éste brilla por su ausencia. Apenas se registró algún ejemplar aislado en migración en diciembre.


En cuanto a los limícolas, el caso para mí más llamativo es el del andarríos chico. En la zona entre Antromero y Bañugues invernaban algunas temporadas entre 10 y 15 ejemplares, y en ésta apenas se cuentan con los dedos de una mano. En la ensenada de Aramar está totalmente ausente por primera vez en muchos años.


En la playa de Bañugues se asentó hace algunos años la invernada de chorlitejo grande. Esta temporada apenas se registran 4 aves, a este ritmo esta invernada no tardará en desaparecer.



Lo mismo se puede decir de la invernada de correlimos oscuro en Luanco, Con pequeños grupitos en años anteriores, en esta temporada se registra de manera aislada. Por su parte, el vuelvepiedras, con buenos grupos los últimos inviernos, en este está casi totalmente ausente.


Probablemente el caso más preocupante es el de los álcidos. Este invierno no he podido observar ningún ejemplar, casi con total seguridad los episodios de mortalidad del año 2014 han supuesto un golpe muy duro a sus poblaciones.


Otras aves buceadoras también están totalmente ausentes. Por ejemplo este año tampoco he detectado ni un solo colimbo. Este es un colimbo grande que invernó en Zeluán la temporada pasada.


Es difícil adivinar con exactitud las razones de esta escasez. Se suele achacar al clima, con el argumento de que no hace el suficiente frío, por ejemplo. Pero si así fuera, a mi juicio, irían apareciendo especies que invernan normalmente más al sur, y eso tampoco ocurre. Hay otras posibles causas, como las crecientes molestias humanas que pueden resultar insoportables para las aves. Habrá que ver si es un dato puntual o el inicio de una tendencia.

domingo, 18 de enero de 2015

Ánsar común

Este otoño hemos tenido una buena entrada de ánsar común Anser anser en Asturias (buena para los parámetros que manejamos normalmente por aquí), y alguno de ellos se ha quedado a pasar el invierno. Por ejemplo uno que pude localizar hoy en la cola de la ría de Avilés, teniendo la fortuna de verlo a corta distancia.


El ganso estuvo un rato alimentándose en el fondo de la ría y también nadando junto con los azulones.



Ya comenté lo interesante que resulta este espacio para poder observar algunas especies de aves acuáticas. Por ejemplo continua un buen grupo de cercetas comunes y se registran buenas concentraciones de gaviotas reidoras.




sábado, 17 de enero de 2015

Una holandesa por Avilés

Esta bonita gaviota sombría Larus fuscus de tercer invierno está pasando el invierno en el parque de Ferrera, en Avilés.


Como se ve, tiene una anilla metálica, que hace unos pocos días pude descifrar. De hecho es la primera anilla de metal que consigo leer. El código es 5.472.582, y fue anillada como pollo el 13/07/2012 en el puerto de Rotterdam, a poco más de 1.200 km de Avilés. De esta zona ya tengo varias lecturas de anillas de color.






Esta es la primera referencia que se tiene de esta gaviota a pesar del tiempo transcurrido. Esto creo que indica la escasa utilidad de este tipo de anillamiento con anillas metálicas.


miércoles, 14 de enero de 2015

Comerse una estrella

Una estrella de mar, en concreto, no es tarea fácil. Pero pocas cosas son imposibles para una gaviota, no en vano son aves que han prosperado gracias a su versatilidad, adaptabilidad o como quiera llamarse su habilidad para adaptarse al medio. El domingo pasado tuve una ocasión de comprobarlo una vez más. En el nuevo puerto de Luanco avisté una gaviota patiamarilla Larus michahellis con algo grande y amarillo en el pico. En ese momento contemplé dos opciones, podía ser un trozo de bocadillo o una estrella de mar; afortunadamente se trataba de lo segundo, una estrella de la especie Marthasterias glacialis.


La estrategia que adoptó a continuación la gaviota fue arrancarle uno a uno los brazos a la estrella para irlos devorando. Aquí la tenemos tragándose el primero de ellos y emprendiéndola a continuación con los cuatro restantes.




Aquí tenemos una pequeña demostración.


Tras arrancarle el segundo apéndice a la estrella, y una vez que a esta le quedaban sólo tres, la gaviota realizó el primer intento de tragársela entera.



Basta observar el abultamiento en el pecho para comprender que semejante bocado fue demasiado para la gaviota, con lo cual optó por expulsarlo de nuevo. Tras dejar al equinodermo sólo con un par de brazos sí fue capaz de deglutirla.




Tras completar el desayuno, y para pasarlo un poco más fácilmente, que mejor que un trago de agua salada. Creo que con un menú semejante ya es suficiente para todo el día, aunque la verdad es que no le envidio para nada la digestión.