martes, 28 de noviembre de 2017

Colimbos en peligro

Me avisó ayer mi compañero Juan Hevia de la presencia de un juvenil de colimbo grande Gavia immer en la bahía de Luanco. Así que, como hace varios años que no lo observaba aquí sedimentado, me acerqué esta tarde para registrarlo. Tuve suerte, ya que seguía por la zona y tuve la ocasión de hacerle varias fotografías.


El colimbo grande es un ave propia de las latitudes árticas, que cría en lagos e inverna en el mar. Las mayores poblaciones de esta especie se encuentran en lagos de Norteamérica, pero efectúan sobre todo migraciones locales, ya que invernan a lo largo de las costas de este subcontinente, hasta los Golfos de Méjico y California.


Además de Norteamérica una pequeña proporción de las parejas totales de este colimbo se reproduce en las islas de Groenlandia e Islandia. Estas parejas representan una subpoblación que se desplaza hacia las costas de Europa Occidental para pasar el invierno, desde las costas de Escandinavia hasta la Península Ibérica.



Esta subpoblación presenta muy pocos efectivos, calculados entre 700 y 1300 parejas en época de cría, y unas 5.000-6.000 aves en invernada. La diferencia entre ambas cifras estriba en que en invierno también llegan unas cuantas aves del NE de Canadá. Por si fuera poco, se calcula que la población ha sufrido una fuerte regresión en estos últimos años, superior al 20%, lo que ha llevado a declararla amenazada bajo la calificación de Vulnerable.


En las costas ibéricas invernan muy pocos colimbos grandes, muy probablemente menos de 100 aves. Llegan sobre todo a partir de noviembre y se distribuyen por mar abierto, penetrando algunos en ríos y ensenadas. Dada la delicada situación en la que se encuentra se hace importantísimo que cada ejemplar sobreviva al invierno y pueda contribuir a la recuperación de esta emblemática especie.




lunes, 27 de noviembre de 2017

Pioyinos al esconderite

Los pioyinos son páxaros insectívoros y bullindiegos, venceyaos a los árboles, del xéneru Phylloscopus, bastante pequeños. Son delles especies, toes muy asemeyaes, verdines y blanques. Munchos vense a lo llargu´l añu, en distintes époques, pero el que queda nel hibiernu ye el pioyín inglés Phylloscopus collybita.

Los mosquiteros son pájaros insectívoros y vivarachos, asociados a los árboles, del género Phylloscopus, bastante pequeños. Son unas cuantas especies, todas muy parecidas, verdes y blancas. Muchos se ven durante todo el año, en distintas épocas, pero el que se queda en el invierno es el mosquitero europeo Phylloscopus collybita.


El pioyín inglés vive n'Asturies to´l añu, pero na seronda lleguen munchos dende otros países europeos del norte a invernar equí. Arriben nos meses de ochobre y payares en buen númberu, y repártense por la campiña en pequeños báramos.

El mosquitero europeo está en Asturias todo el año, pero en el otoño arriban muchos desde otros países del norte europeo a invernar aquí. Llegan en los meses de octubre y noviembre en gran número, y se reparten por la campiña en pequeños bandos.



El sitiu más afayaízo pa atopalos a finales de la seronda son los árboles y arbustos de fueya caduca, onde tan a la gueta de pequeños invertebraos, nel envés de les caberes fueyes, enantes que éstes caigan al suelu. Pareciera que tan xugando al esconderite con el que los quiera agüeyar y saca-yos una semeya.

El sitio más favorable para encontrarlos a finales del otoño son los árboles y arbustos de hoja caduca, donde están a la busca de pequeños invertebrados, en el envés de las últimas hojas, antes de que éstas caigan al suelo. Pareciera que están jugando al escondite con el que los quiere observar y sacar alguna fotografía.



sábado, 25 de noviembre de 2017

Espátula, sondeando el agua

Las poblaciones europeas de espátula común Platalea leucorodia han aumentado en los últimos años. Este incremento ha provocado, por una parte, que las observaciones en época migratoria sean cada vez más numerosas en Asturias. Pero también ha traído consigo que cada vez se quede a invernar un mayor número de ejemplares.


Hasta hace unos años la invernada de esta especie era casi anecdótica en los humedales asturianos, pero ahora se pueden detectar pequeños grupos en las dos rías más importantes, Villaviciosa y el Eo. Además, se detectan aves aisladas en otras zonas húmedas. El año pasado un juvenil eligió la ría de Avilés para pasar el invierno, y este año tenemos otro desde hace unos días.


La espátula se alimenta de una forma característica, ya que con su pico plano y muy sensible sondea la superficie del agua, moviéndolo de un lado a otro continuamente. De esta manera detecta la gran variedad de materia animal de la que se alimenta: insectos, moluscos, peces, etc... prácticamente todo lo que se mueva en las capas más superficiales. Así se puede apreciar en este vídeo.


Esperemos que esta espátula decida quedarse entre nosotros, lo cual habla muy bien también de la recuperación que ha tenido este enclave, a las puertas de la ciudad de Avilés.


martes, 21 de noviembre de 2017

Buena entrada de lúgano

Una de las imágenes más características de la naturaleza asturiana en invierno es la de un grupo de lúganos o ubanos Carduelis spinus alimentándose en un bosque de ribera. Este pequeño y bonito fringílido es todo un especialista, y en esta época tanto las semillas como las inflorescencias de los alisos o humeros constituyen su dieta casi en exclusiva.


Los lúganos demuestran una gran habilidad para extraer la parte nutritiva de estos órganos del árbol, desechando las partes más duras, tal como se puede observar en este vídeo.


El lúgano cría en buena parte de Europa, especialmente en los grandes bosques de coníferas, alimentándose en esta época de semillas de abetos y pinos. Al terminar la época reproductora inicia un intenso desplazamiento hacia el sur, en especial las poblaciones más boreales, buscando las zonas donde pasar el invierno.



La llegada a Asturias se produce a partir de octubre, pero sobre todo en noviembre, y es muy variable, desde años en los que apenas se observa hasta otros en los que se produce la llegada de grandes bandos.A este respecto se comporta como una especie irruptiva. Los lúganos que llegan a Asturias proceden de una amplia banda del oeste de Europa, sobre todo de los países nórdicos, los de la orilla del Báltico y Alemania.


Esta parece ser una buena temporada, habiéndose registrado una buena entrada, en especial en el oriente asturiano. Hay algunos enclaves que los atraen fuertemente, y en los cuales se observan año tras año, como la aliseda de La Magdalena, en Avilés, donde he podido tomar estas fotos hace pocos días de un bando que ya está invernando por allí. Aunque no sólo se quedan en las alisedas, por ejemplo
también en Avilés, en el parque de La Magdalena, llevo siguiendo un pequeño grupo desde hace unas semanas que se alimentan entre los abedules y los arces.




domingo, 12 de noviembre de 2017

Carbonero garrapinos, especie irruptiva

Realizando un recorrido ayer por el parque de La Magdalena, en Avilés, me encontré con una interesante agrupación de carbonero garrapinos Periparus ater, entre 20 y 25 ejemplares. Estuve observándolos durante un buen rato.


Aunque los carboneros garrapinos son aves muy forestales y pasan la mayor parte del tiempo alimentándose en los árboles, bien en las ramitas bien en el tronco, como el ejemplar de la foto anterior, el bando que yo observé ayer presentaba un comportamiento atípico, rebuscando semillas de conífera en el suelo, al pie de los troncos arbóreos.


El ejemplar del vídeo anterior se pasó un buen rato rebuscando, aunque lo habitual era que los pequeños carboneros estuviesen tan sólo unos segundos antes de localizar una semilla y salir volando.


Aunque el carbonero garrapinos cría en este parque, suele ser escaso y no es habitual observar concentraciones como la de ayer. Es posible que se deba a una pequeña irrupción de la especie, de la que en otros puntos de Europa se han observado esta temporada números superiores a lo habitual.


El carbonero garrapinos pertenece al grupo de las especies irruptivas, que son aquellas que en algunas temporadas protagonizan grandes movimientos y en otras simples migraciones, movimientos que pueden detectarse en sus rutas habituales o aparecer en lugares fuera de su ruta normal.



Los mecanismos por los que funciona este fenómeno son conocidos. Así, las especies irruptivas suelen ser aquellas que se alimentan de frutos que están sujetos a estacionalidad, como por ejemplo las bayas de determinados arbustos, o los piñones de las coníferas, los hayucos de las hayas, etc. En estas especies, años de cosecha buena conducen a una elevada supervivencia invernal, y a que la temporada siguiente se reproduzcan un número de parejas elevado. Si esa temporada, en la que tendremos un gran número de crías, la cosecha de frutos es baja, las aves se verán obligadas a desplazarse en masa, incluso fuera de sus rutas habituales, buscando fuentes alternativas de alimento. Tenemos entonces una irrupción.



El carbonero garrapinos ocupa casi toda Europa, y las poblaciones que protagonizan estas irrupciones son las más norteñas, que en años normales suelen realizar migraciones más modestas. En la Península Ibérica se encontraría la subs. P. ater vieirae, que se diferencia de la europea en cuestiones de talla, por lo que es muy difícil diferenciarlas morfológicamente.



Al ser el carbonero garrapinos una especie frecuente en Asturias se hace difícil reconocer cuando asistimos a una irrupción, lo que no ocurre cuando éstas ocurren por especies muy escasas, como el mismo picogordo, que está provocando también otra irrupción sin precedentes, el piquituerto, el ampelis, etc.

miércoles, 8 de noviembre de 2017

Lejanas, borrosas...e interesantes.

Por desgracia para los que nos dedicamos a esto del pajareo, no siempre resulta fácil dejar constancia de nuestra observación. No, no es posible dejar registro cada vez que topamos con un bicho atractivo. Y es que, o bien lo entrevemos por un fugaz instante, o tal vez se nos asoma a contraluz, o quizá es demasiado inquieto y se esconde continuamente entre la vegetación, o simplemente se nos aparece lo bastante lejos como para obtener una buena fotografía.

Esto último me ha sucedido a mí este fin de semana con varias especies, todas con un  relativo grado de interés. Apenas he podido obtener unas fotos lejanas, borrosas, que demuestran que esto de la ornitología no siempre resulta un ejercicio sencillo. A pesar de todo he querido ponerlas, a la espera de un día obtener resultados mejores y porque, al fin y al cabo, constituyen un ejemplo de lo que el título del blog expresa, ya que son simplemente "aves en Gozón".

Por ejemplo, la primera, el pinzón real Fringilla montifringilla. Coincidiendo con la fuerte entrada de pinzón vulgar que comenté en mi última entrada se han registrado algunos ejemplares de esta bonita especie, cierto que casi todos ellos en el oriente asturiano. Tras una ardua búsqueda conseguí observar uno en un baldío de la rasa de Verdicio, camuflado en un grupo de pinzones comunes.


Afortunadamente se trataba de un macho, con una fuerte pechera anaranjada y la cabeza oscura y por ello bastante identificable. Tras hacerle estas "fotos" tan lejanas, traté de relocalizarlo, sin éxito.


La segunda, una hembra de aguilucho pálido, especie ya especialmente escasa en esta época del año. Esta hembra hizo unas breves maniobras a bastante distancia de donde yo me encontraba, también en Verdicio, y no volvió a asomar. Tratándose de una fecha tan tardía es posible que se quede a invernar por el concejo.


Y la tercera, un págalo grande Catharacta skua. El domingo estuve contabilizando la migración de aves marinas desde la punta de Moniello durante un par de horas, y aunque no fue especialmente abundante sí estuvo variado. Pude registrar un buen número de especies, entre ellas varios págalos grandes que, como el de la fotografía, pasaron "un poco" lejanos.



domingo, 5 de noviembre de 2017

Las dos más frecuentes

En el mes de octubre se produce una fuerte llegada de paseriformes procedentes del continente europeo, muchos de los cuales están de migración a otros puntos de la Península Ibérica, pero otras se quedarán ya a invernar. De todo este contingente dos especies se hacen especialmente frecuentes, de forma que desde ahora hasta finales del invierno se convierten en los pájaros más abundantes en Gozón, ocupando diferentes hábitats.

La primera de ellas es el bisbita pratense Anthus pratensis, cuyos bandos se distribuyen sobre todo por los prados y campos de siega del concejo. Estos últimos días he podido verla por la zona de Verdicio y el Cabo Peñas.




La llegada de este bisbita se produce incluso en pleno día y de forma continuada en pequeños grupos o en grandes bandos. Muchas de las aves que nos visitan deben ser islandesas, no en vano es uno de los pájaros más frecuentes en la isla, entre 500.000 y un millón de parejas, que vacían por completo en otoño. También se registran muchas aves británicas.


La segunda especie mayoritaria es el pinzón vulgar Fringilla coelebs, que ocupan sobre todo los cultivos y rastrojeras del concejo. Los llegados en octubre son en su mayoría jóvenes y hembras, los machos arriban a partir de noviembre. Estos últimos días he registrado diversos bandos en los eriales de Verdicio y las afueras de Luanco.





Los pinzones que llegan a Asturias proceden de la fachada atlántica europea, desde la Península escandinava hacia el sur. Al contrario que la anterior, esta especie no anida en Islandia.



jueves, 2 de noviembre de 2017

Correlimos de invierno

Muchas aves presentan lo que se llama dimorfismo estacional, presentando un aspecto diferente en la época reproductiva (lo que se llama plumaje de cría o plumaje estival), y el resto del año (lo que se suele llamar plumaje invernal). Uno de los grupos que presenta este dimorfismo es el de los limícolas, lo cual dificulta su identificación, ya que en plumaje no reproductor las especies son bastante similares.

A estas alturas del año muchos de los limícolas que se detectan ya presentan el plumaje invernal prácticamente completo. Es el caso de dos ejemplares que he podido ver en los últimos días en la playa de Bañugues, el primero este correlimos tridáctilo Calidris alba.


En esta especie el plumaje de invierno en las partes superiores presenta tonos grises muy pálidos, por lo que observado a cierta distancia el correlimos tridáctilo presenta un inconfundible aspecto blanquecino.



Por su parte, el correlimos común Calidris alpina en plumaje de invierno presenta las partes superiores con tonalidad gris oscura, aparentando un aspecto bastante neutro. Es por ello que en esta época es importante para diferenciarlo de otras especies atender a otros rasgos como la longitud y forma del pico, presencia o no de lista superciliar, etc.


En este caso se puede ver que la muda no está totalmente completada al 100%, ya que se aprecian aún algunas plumas marrones como la que se adivina en la parte superior derecha.