Mostrando entradas con la etiqueta mirlo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta mirlo. Mostrar todas las entradas

jueves, 9 de marzo de 2023

Buscando el sustento en el suelo

En lo más crudo del invierno, cuando muchos árboles y arbustos están desprovistos de hojas y hay escasez de insectos, muchas aves deben procurarse el alimento buscando en el suelo. Este hecho es fácil de observar en los parques urbanos como los de Avilés, donde se han hecho las fotografías. Por ejemplo, los pinzones vulgares y verderones rebuscan entre la hierba en busca de las semillas caídas, muchas veces lo hacen asociados.




Otros pájaros que son más habituales en las ramas y el medio aéreo se dejan caer al verde en busca de comida, como los carboneros comunes y los mosquiteros comunes.





Los parques urbanos en el invierno se llenan de túrdidos, que dan una nota de color a la avifauna de los mismos. En algunos incluso invernan pequeños bandos de zorzal alirrojo, como el parque de La Magdalena en Avilés, al que los zorzales llegan en otoño por las bayas y se quedan en invierno por las lombrices.


Y es que las lombrices son el alimento principal de estas aves en época invernal. Es frecuente observarlos con la cabeza ladeada, escuchando el movimiento que estas producen al desplazarse bajo tierra.




Entre los mirlos urbanos no es raro ver ejemplares con rastros de albinismo parcial, al ser poblaciones muy endogámicas.



Para todas estas especies de aves los suelos de los parques urbanos se convierten en invierno en una buena despensa. ¿Cuál es la razón? Fundamentalmente son dos, el hecho de que se acumula el agua caída con las lluvias invernales, y que el terreno está muy reblandecido a causa del constante pisoteo de personas y perros.


Por supuesto, en invierno observamos también toda la panoplia de aves cuyo nicho principal de alimentación es el suelo, pero que en esta época son más visibles. Aquí tenemos una pequeña muestra.










martes, 25 de enero de 2022

Pájaros en el parque

Los parques urbanos son un lugar privilegiado para practicar la ornitología en época invernal. Constituyen un excelente refugio para un buen número de aves, especialmente pájaros, que están muy afanados en la búsqueda de alimento. Como están relativamente acostumbrados a la presencia humana, y además muchos árboles y arbustos están desprovistos de hojas, podremos realizar interesantes observaciones y descubrimientos interesantes.

Por ejemplo será fácil observar a los camachuelos casi al alcance de la mano devorando los primeros brotes florales.



Comprobaremos como se van deshaciendo los grupos de mito y empezando a formarse las primeras parejas preparando la reproducción.


Los carboneros comunes llamarán nuestra atención con su insistente reclamo, en los parques suelen moverse en parejas.


Encontraremos alguna lavandera cascadeña, siempre en solitario, cerca de cualquier masa de agua por pequeña que esta sea.


Nos sorprenderá siempre la inteligente urraca que es capaz de encontrar alimento en cualquier situación.


Los verderones suelen ir en grupo, buscando cualquier semilla disponible, sea en el campo o en el asfalto.




De vez en cuando podremos sorprender al inquieto agateador europeo subiendo en espiral a lo largo y ancho de los troncos.


Descubriremos para nuestro asombro como los mirlos y los zorzales comunes de los parques son mucho menos esquivos que los que viven en la campiña.



En los parques urbanos es sencillo registrar 25 o 30 especies de pájaros en nuestras excursiones, si las realizamos con cuidado y atención. Todas estas fotos se realizaron en los parques de Avilés durante este mes de enero.


viernes, 29 de enero de 2021

Buscando en el suelo

Ahora que es tiempo de encierros y de movilidad limitada, una excelente alternativa para seguir disfrutando de la naturaleza y de nuestro tiempo al aire libre es acudir a los parques urbanos. En época invernal están poblados de paseriformes que acuden atraídos por la disponibilidad de alimento. En los árboles y arbustos, con la caída de la hoja, este alimento escasea, y algunas especies que suelen moverse por ramas y tronco se ven obligadas a descender al suelo. Por ejemplo el inquieto reyezuelo listado, que no suele alejarse del pie del árbol, adonde acude a la menor señal de alarma.


También los carboneros comunes descienden en época invernal al suelo, donde rebuscan inquietos a la caza de pequeños invertebrados. Lo hacen incluso en parejas, que permanecen unidas




Junto a ellas encontramos otros paseriformes que sí son habituales en la búsqueda de alimento en el suelo, como los zorzales comunes, que atrapan sin cesar lombrices de tierra.





Sus parientes los mirlos también son aficionados a las lombrices, que localizan por el oído inclinando la cabeza, al igual que los zorzales.


Similares a los mirlos son los estorninos negros, que se mueven siempre en grupo.


La grácil lavandera cascadeña es un pájaro muy territorial y que se presenta siempre de forma individual, podremos contar con alguna en un parque siempre que tengamos una pequeña corriente de agua o zona encharcada. Muchas veces son jóvenes del último año.



El jilguero es quizá nuestro paseriforme más versátil y de amplio espectro. En esta época podremos localizar algún pequeño grupo alimentándose de las primeras margaritas, que les encantan.



También se puede hallar algún pequeño grupo de pinzón vulgar, un fringílido como el jilguero, que suele rebuscar en el terreno a la busca de las bayas y semillas caídas de árboles y arbustos.


Todos estos registros corresponden a los parques urbanos de Avilés a lo largo del mes de enero.




jueves, 10 de diciembre de 2020

Entrada de zorzales y mirlos

 Con los fuertes temporales que hemos tenido a principios de este mes de diciembre se ha podido apreciar en el litoral asturiano una notable entrada de varias especies de paseriformes, destacando en especial los túrdidos, zorzales y mirlos. Así, en una zona que prospecto con cierta regularidad, los parques urbanos de Avilés, hemos pasado de anotar ejemplares esporádicos a contar en una jornada cerca de 20 zorzales comunes Turdus philomelos.


En cuanto al mirlo común Turdus merula, los que anotaba hasta estas fechas eran los correspondientes a la pequeña población local, que no llegaban a la decena de ejemplares. De repente se pueden contar más de 20, entre ellos este bonito macho de primer invierno con su plumaje característico.


Por los estudios de anillamiento se sabe que estas dos especies, aunque comienzan a llegar un poco antes, presentan en la zona cantábrica una migración tardía, con una fuerte subida en el mes de diciembre. En el caso del zorzal común el origen geográfico de este contingente migrador parece estar centrado en la zona del oeste de Europa, en especial Bélgica, Francia occidental y las islas británicas. Estas poblaciones son parcialmente migradoras a diferencia de las del norte.


En el caso del mirlo común parece existir una cierta peculiaridad. Aunque el origen de las aves que llegan es el mismo que en el caso del zorzal, una fracción de este contingente migratorio parece proceder de zonas escandinavas. Estas últimas aves realizan una aparente migración escalonada, de forma que pasan una buena parte del otoño en las islas británicas, para luego viajar hasta aquí, probablemente porque los recursos alimenticios disminuyen. 


Es de destacar el diferente comportamiento de estos ejemplares recién llegados con respecto a los nativos en el caso de ambas especies, aunque de manera mucho más llamativa en el caso del zorzal común. Así, son bastante más confiados y permiten un acercamiento a mucha menor distancia. Yo lo achaco a que crían en áreas más urbanizadas, como parques o jardines, y están más habituados a la presencia humana.




viernes, 12 de junio de 2020

Un poco de campiña estival

El mes de junio es probablemente el menos indicado para la observación de nuestra avifauna. No tenemos el constante cambio de las migraciones, ni los grandes bandos propios de la invernada. Por ello, es tiempo de fijarnos en esas aves a las que no prestamos suficiente atención el resto del año, de estar atentos a sus movimientos, a sus continuas idas y venidas. Eso es lo que yo hice el sábado pasado en la zona de Peroño, a las afueras de Luanco, un enclave muy interesante para nuestros pájaros más comunes.

Los jilgueros juveniles de la primera nidada son ya plenamente independientes y se mueven de un lado a otro buscándose la vida.


Mientras, las parejas de adultos siguen unidas y ya están preparando la segunda cría, para ello construyen un segundo nido en un nuevo sitio. La hembra recoge el material y el macho la acompaña siempre.



Por su parte, los juveniles de colirrojo tizón son más tardíos y acaban de dejar el nido hace pocos días; aún siguen dependiendo de los padres, que los continúan alimentando.



Los pardillos comunes, fringílidos al igual que los jilgueros, presentan un comportamiento muy similar y también se mueven en parejas.


Los zarceros políglotas o comunes, hacen honor a su nombre y se mueven en torno a las zarzas, que les ofrecen refugio y alimento.


Los pequeños buitrones, por su parte, gustan de desplazarse por las zonas de hierba, plagadas de gramíneas en esta época del año.


Pero si hablamos de aves discretas por excelencia, tenemos a las hembras de mirlo o los acentores comunes, también muy ajetreados en busca de alimento para sus pollos, en el caso de los mirlos también van por la segunda nidada.



En esta época los pájaros se muestran esquivos y escondedizos. Después de todo, la reproducción es quizá la etapa más decisiva en sus vidas, y buena parte del éxito está en pasar lo más desapercibidos posible.