miércoles, 31 de julio de 2013

Las Gonepteryx se renuevan

Desde hace unos pocos días se han vuelto a ver los campos de Gozón de las bonitas mariposas amarillas del género Gonepteryx. Estos lepidópteros tienen una única generación al año, cuya emergencia se produce durante estos primeros días del verano, y tienen una vida larga para lo que es común entre las mariposas, unos 10 meses más o menos. Los adultos hibernan y vuelven a volar en primavera, sobreviviendo hasta la primavera después de haberse reproducido. Por eso parecen desaparecer durante un tiempo hasta que surgen los nuevos adultos.

Tienen además un tamaño notable, lo que unido a su coloración hace que sean muy llamativas. En el mundo hay un pequeño puñado de especies, tres de ellas vuelan en Europa y dos en Asturias. La más atractiva quizá sea la cleopatra Gonepteryx cleopatra, con las bonitas manchas anaranjadas en las alas superiores de los machos, que se aprecian bien cuando está posada.


Estas manchas se ven mucho mejor en vuelo, aunque es muy difícil obtener una fotografía porque siempre se posan con las alas plegadas.


La segunda especie es la limonera Gonepteryx rhamni, cuyo nombre deriva del genero Rhamnus de sus plantas nutricias (los aladiernos), y aunque la Gonepteryx cleopatra tiene las mismas plantas nutricias que su congénere, fue denominada con el nombre de la reina egipcia. Los machos de limonera se diferencian por su color amarillo.


El nombre Gonepteryx quiere decir más o menos alas anguladas, con el sufijo pteryx que significa "ala" (y que aparece en palabras como pterodáctilo), y el sufijo gone, que en griego clásico es ángulo. Se refiere a los picos que tiene sus alas, que pueden diferenciar a las dos especies. La limonera tiene los piquitos más sobresalientes (a la derecha), mientras que la cleopatra los tiene más chatos (a la izquierda).



 



lunes, 29 de julio de 2013

Gaviotas de muda

Las gaviotas reidoras Croicocephalus ridibundus que comenzaron a llegar a finales de mayo ya están entre nosotros en buenos números. En el estuario de Avilés ya se pueden contar hasta cerca de 400 aves sedimentadas. Y desde que se han establecido han comenzado a realizar su muda postnupcial, que les llevará prácticamente todo el mes de agosto y quizá septiembre.

Esta muda es muy llamativa en los juveniles del año. Así se veían nada más llegar en el mes de junio.


A mediados de este mes de julio con el plumaje todavía en tonos marrones pero ya se notaban las coberteras grisáceas.


Esta muda de otoño post-juvenil es parcial y comienza en el momento en que los nidos son abandonados, y normalmente se completa en septiembre. Esta muda parcial incluye la cabeza y partes inferiores y con frecuencia la mayor parte de las partes de color marrón del juvenil se sustituyen: la cabeza se vuelve más blanca con sólo una mancha oscura en la zona del oído y alrededor del ojo.


El manto y las escapulares se sustituyen por plumas de segunda generación, que a su vez son totalmente gris. La mayor parte de las coberteras también se sustituyen por plumas nuevas, grises. Sólo las terciarias están normalmente excluidos y permanecen marrón. En las gaviotas que observé hoy ya era apreciable el avance de la muda y la extensión de gris en las coberteras ya es mayor.


Por su parte, los adultos hacen una muda postnupcial completa, que donde mejor se aprecia es en el capirote de la cabeza, si hace unos días aún se veía algún ejemplar con ello casi completo...


Hoy ya en muchos se ve el avance de la muda y se ven salpicados de manchas blancas.


La ría de Avilés es un buen lugar para que estas aves puedan mudar, hay abundancia de alimento. Sin embargo, es un sitio peligroso, en algunas ya se pueden observar manchas de contaminación...


que intentan lavar con el pico sin saber que esa probablemente pueda ser su perdición.


Para otras ya es final de trayecto, una vida tristemente corta y desaprovechada.


sábado, 27 de julio de 2013

La "Gris estriada" deposita sus huevos

La vida de las mariposas está inevitablemente ligada a la de sus plantas nutricias. Estas plantas nutricias (o plantas huésped) son aquellas de las que se alimentan las orugas, y por ende son aquellas en las que la hembra deposita los huevos después de ser fecundada. Hoy pude observar en Peroño, a las afueras de Luanco, una hembra de la especie "gris estriada" Leptotes pirithous ovopositando en una leguminosa, probablemente una Lathyrus sp.


En el universo de las mariposas y referente a las plantas huésped las hay para todos los gustos (gramíneas, crucíferas, leguminosas y un largo etcétera). Es frecuente que una especie de mariposa tenga una única planta nutricia, o en su defecto unas pocas. Pero también hay ejemplos de mariposas que presentan una amplia variedad, como es el caso de la especie que nos ocupa. La gris estriada pone sus huevos en diferentes especies de leguminosas.


La gris estriada es una especie inconfundible, sobre todo en su parte inferior, con esos dos llamativos ocelos verdeazulados con un gran punto negro en su centro y bordeados de anaranjado. Es apreciable un fuerte estriado, que le da nombre. Por arriba la hembra es de tonos marrones, con una amplia difusión azul, como pude comprobar cuando finalizó la puesta de los huevos y desplegó sus alas dispuesta para irse.



Esta especie es migratoria, sobrevive al invierno en zonas más sureñas y se va desplazando al norte conforme avanza el calor, este año los primeros ejemplares asturianos los observé en junio. Por la misma zona de Peroño pude ver otras mariposas alimentándose, como esta en la que se aprecia otro de sus rasgos típicos, las dos colas del ala inferior.


La semana pasada pude fotografiar en el testing de Biodiversidad Virtual una pareja en la zona de Verdicio, donde se aprecia el dimorfismo sexual, en las partes superiores es posible distinguir macho y hembra (el macho es el de abajo).


En esta especie de mariposa los huevos tardan entre 3 y 6 días en eclosionar, y el ciclo biológico dura entre 4 y 8 semanas dependiendo de la temperatura. Al final, emerge la nueva generación de mariposas que continúa una vez más el ciclo de la vida.

jueves, 25 de julio de 2013

Lavanderas boyeras tras la cría

Para la lavandera boyera Motacilla flava, como para buena parte de los paseriformes de Gozón, ha terminado la etapa reproductora. Muchas parejas han logrado sacar adelante, con mayor o menor éxito en el empeño, una nueva generación de aves que garantiza la continuidad de la especie. La dureza de esta época del año se hace notar. Por ejemplo, los machos están muy lejos de lucir las preciosas galas nupciales que presentaban allá por la primavera.


En las hembras, aunque es menos evidente que en los machos al tener un plumaje más apagado, también se aprecia el desgaste.


Los juveniles en esta época tienen un plumaje reconocible, al presentar determinados rasgos muy marcados, como la ceja superciliar o las franjas alares, contrastando con los plumajes tan gastados de los adultos.


Comienza ahora una etapa crítica en el ciclo vital de estos pequeños pajarinos, la época de muda. Como otras muchas aves, la lavandera boyera realiza una muda postnupcial completa en los adultos, que cambian todas las plumas del cuerpo. Los juveniles hacen sólo una muda parcial, cambiando las plumas del cuerpo y algunas coberteras.


Como ha estudiado el compañero Manuel Quintana, en el concejo de Gozón esta muda se lleva a cabo antes de realizar la migración, entre finales de julio y finales de agosto. La lavandera boyera es un migrante transahariano e inverna más allá del desierto del Sahara, y una vez terminada la muda es cuando empieza a acumular grasa para dar el gran salto. Durante este periodo del año se reúnen en dormideros comunales, muchas veces situados en carrizales como el de Verdicio.


He podido comprobar que durante el día las aves se concentran también en lugares favorables, como un descampado cerca de Zeluán en el que he controlado estos días un buen número de ejemplares de todo tipo y condición. Se trata de un lugar despejado y con plantas dispersas, y una buena concentración de invertebrados. Probablemente en este enclave las lavanderas encuentran el suficiente abrigo y alimento para completar la muda con éxito y discreción.

martes, 23 de julio de 2013

Chorlitejo chico joven

Ya ha comenzado el paso migratorio postnupcial de limícolas en la costa, aunque de momento con cifras escasas. Esta tarde pude localizar en la ría de Avilés un juvenil de una especie no muy frecuente en este paso migratorio, el chorlitejo chico Charadrius dubius.


Se diferencia bien del más abundante chorlitejo grande por su aspecto más estilizado con las terciarias muy largas, pico más largo y fino, patas amarillentas y el anillo amarillento alrededor del ojo. En vuelo se puede apreciar la práctica ausencia de franja alar blanca y con suerte escuchar su reclamo, claramente diferente.


El chorlitejo chico anida en gran parte del Paleártico, a diferencia de buena parte de otros limícolas muchas parejas lo hacen en latitudes templadas. De hecho algunas parejas se detectan de vez en cuando en Asturias. Suele elegir zonas terrenos desnudos, como graveras, pedregales, etc, muchas veces en las proximidades de corrientes de agua. Es un migrador transahariano e inverna en el Sahel, más allá del desierto del Sahara.



En Asturias es bastante escaso en la migración postnupcial, y suele registrarse en agosto y septiembre en embalses costeros y zonas de estuario, esta cita es bastante temprana.



domingo, 14 de julio de 2013

El discreto petirrojo

Ayer coincidíamos mi amiga Pilar y un servidor en apreciar lo aparentemente escasos que se vuelven los petirrojos Erithacus rubecula en esta época, hasta tal punto que parecen desaparecer por completo. Y es que también había pensado en ello hace unos días, cuando tuve oportunidad de fotografiar un pequeño raitán que salió al descubierto (por supuesto sin percatarse de que yo andaba por allí) en un pequeño bosque de ribera de la zona de Maqua.


¿Responde esta impresión a la realidad? ¿Tan escaso se vuelve el petirrojo en esta época del año? Primero hemos de tener en cuenta un hecho indudable. Una estrategia que siguen muchos paseriformes para intentar que su reproducción tenga éxito es la discreción, ya que deben mantener escondido el emplazamiento de sus nidos, para no llamar la atención de un gran número de predadores que podrían atacar a sus pollos (córvidos, mustélidos, etc.). Este hecho influye mucho a la hora de dejarse ver.


Por otra parte, hay que señalar que en otoño e invierno, en especial en el periodo que va de octubre a marzo, el número de petirrojos se dispara por la enorme afluencia de aves procedentes del norte que llegan a nuestras latitudes a invernar. Varias circunstancias hacen además que destaquen sobremanera. Por un lado, son pájaros territoriales que no se reúnen en bandos para pasar el invierno, sino que cada individuo se apropia de una pequeña parcela. Esto hace que aparezcan por todos lados, en cualquier punto disponible del concejo de Gozón que reúna unas mínimas condiciones aparecerá un petirrojo.


Estos petirrojos norteños son además mucho más confiados que los nativos y soportan mejor la proximidad del hombre, a veces hasta extremos insospechados además. Esto hace también que su "visibilidad" aumente. Finalmente, parece por lo que he visto que muchos petirrojos nativos permanecen todo el año en la proximidad de sus áreas de cría, que son siempre zonas con abundancia de vegetación, en especial bosques de ribera, pero también setos, zarzales, montes de eucalipto, etc. Los invernantes son en general los que en invierno vemos en los parques y los pueblos, en zonas más habitadas.


En todas estas zonas que indico los petirrojos locales están sacando adelante sus nidadas. Y podemos comprobar que no es tan escaso cuando paseamos por un enclave propicio y afinamos el oído. El canto del raitán, tan característico e inconfundible, es uno de los que con mayor insistencia podemos escuchar. Eso sí, el macho de la especie (que es el que canta por esta época) se mantiene fiel su estrategia bien camuflado en el follaje.


miércoles, 10 de julio de 2013

Nuevas lavanderas

En un tejado de la localidad gozoniega de Iboya un macho de lavandera blanca Motacilla alba se mantiene al cuidado de sus pollos que acaban de dejar su confortable nido. El macho se reconoce por su gran pechera negra, el joven por su plumaje, gris pálido casi en su totalidad y sin atisbos del menor tono oscuro.


Esta escena se repite estos días por casi todos los pueblos del concejo. La lavandera blanca es una especie muy ligada al hombre en la temporada de cría en nuestras latitudes, y la mayor parte de las parejas hace su nido en los tejados de las construcciones, en los aleros, entre las tejas o en cualquier rincón disponible.


Los juveniles de lavandera aún permanecerán unidos a sus padres algunos días más, hasta que éstos consideren que ya saben lo suficiente para ganarse la vida por sí mismos. Hasta que ese día llegue permanecen vigilantes continuamente, y si el pequeño pollo no los ve, se angustia y los llama con desesperación.


Para los jóvenes pronto empezará la dispersión otoñal, deberán abandonar el territorio paterno para conquistar el suyo propio dentro de un tiempo. Las parejas locales de adultos, por el contrario, permanecen ligadas ya a su zona de cría para el resto de sus vidas.


domingo, 7 de julio de 2013

Las cornejas se comunican

La corneja negra Corvus corone se observa durante todo el año en el concejo de Gozón. En época de reproducción se vuelve algo más retraída y frecuenta sobre todo las proximidades de los montes poblados de ocalitos, en los que suele construir su nido. En estos lugares se suelen situar en lugares elevados, en los árboles más altos, en especial los machos, para controlar desde allí su territorio.


Los córvidos en general, y las cornejas negras en particular, son aves inteligentes y con un comportamiento que presenta cierta complejidad. Un buen ejemplo de ello es que según estudios recientes las cornejas presentan varios tipos de llamadas y vocalizaciones, que responden a diferentes situaciones. Dentro de ellas las llamadas de anuncio son las más comunes, y tienen varios subtipos. Un buen ejemplo de ello lo pude comprobar esta mañana en la zona de Maqua.


En estos vídeos parece ser el macho, colocado en lo alto de un árbol muerto, el que emite las denominadas llamadas de auto-afirmación: una llamada fuerte, que parece estar relacionada con la demarcación del territorio, en secuencias de 2 a 6 repeticiones (en este caso 2) con una larga pausa entre secuencias; acompañada de movimientos característicos de la cabeza y el cuerpo. Como se escucha, el macho responde (o es respondido) a las llamadas que se oyen de fondo, probablemente de la hembra, que podría comunicar quizá la presencia en la zona de aves rapaces, de hecho por la zona se ven frecuentes milanos y ratoneros.


Otro aspecto que expresa la complejidad del comportamiento de la especie es que en muchos casos la cría es cooperativa, y la pareja es ayudada por juveniles de años anteriores que aún no se han emancipado, o por individuos inmigrantes, que ayudan a sacar adelante los pollos. Estos grupos sociales permanecen unidos todo el año, ya que el beneficio es mutuo: la pareja tiene más probabilidades de criar con éxito, y los otros individuos explotan los recursos existentes en el territorio de la pareja a la que se unen.


Las cornejas negras presentan un papel fundamental en la conservación de la naturaleza en Gozón: sus viejos nidos son aprovechados por varias especies de aves rapaces como el alcotán o el abejero, y en su dieta omnívora incluyen gran variedad de insectos que de otra manera se multiplicarían de forma exponencial.

miércoles, 3 de julio de 2013

Los pájaros pardos del brezal

En los ecosistemas abiertos predominan los pájaros de tonos apagados, con escaso colorido, quizá porque no tienen muchos refugios donde esconderse de los predadores y necesitan pasar desapercibidos. Un ejemplo claro de ésto es el brezal del Cabo Peñas, donde podemos encontrar especies que alcanzan sus densidades óptimas dentro del concejo de Gozón, aves de colores pardos que conforman una de sus señas de identidad.

Un pajarín muy activo por estas fechas es el bisbita arbóreo Anthus trivialis, que utiliza en su actividad diaria todos los posaderos que el brezal pone a su alcance, como por ejemplo las pequeñas manchas de pinar



Los cables de teléfono que cruzan toda la superficie del brezal


O las rocas cuarcíticas que afloran sobre todo en la cercanía de los acantilados.


Es curioso que el bisbita arbóreo, paseriforme estival, canta intensamente en el momento de su llegada, en abril, luego decrece su actividad al comenzar la cría y ahora vuelve a cantar con fuerza, pudiendo escucharse a todas horas. Sin duda el macho de la especie gasta un montón de energía marcando su territorio.


Aquí tenemos una prueba, un poco ensombrecida por un compañero fundamental que nos acompaña casi siempre en nuestras excursiones al Cabo Peñas, el viento.


Otro pájaro pardo frecuente en Peñas es un paseriforme residente, la alondra Alauda arvensis. Por estas fechas el brezal se ha llenado de aves jóvenes del año que son el resultado de la primera oleada de reproducción. Estos jóvenes son muy discretos y desconfiados, y mientras se alimentan sobre los brezos no dejan de vigilar a un lado y al otro.



Los machos adultos, al igual que ocurre con los bisbitas, están cantando muy activamente por estas fechas, ya que muchas parejas han realizado una segunda puesta.

Y otro pajarín pardo numeroso en Peñas es el pequeño chochín Troglodytes troglodytes, que parece un pequeño ratón con alas. Es difícil verlo al descubierto, para poder hacerlo lo mejor es apostarse cerca de los vallados y otras estructuras artificiales que circundan el brezal, ya que de vez en cuando se posan en ellos.


Los chochines utilizan estos posaderos sobre todo para cantar, ya que al igual que las alondras están ocupados en sacar adelante su segunda puesta del año. El canto del chochín es inconfundible, un verdadero prodigio para este pequeño pájaro, que podemos escuchar prácticamente en cualquier lugar del concejo.