sábado, 29 de septiembre de 2018

Jóvenes en paso.

El mes de septiembre es por norma general el mejor para observar la migración postnupcial de limícolas por el litoral asturiano. La mayor parte de las aves que se registran durante este mes son juveniles, que viajan solos porque tienen grabado en su código genético la ruta que han de seguir.

Las especies que pasan por aquí en esta época tienen distintos orígenes. Por ejemplo, las agujas colipintas proceden de Rusia y Siberia.


Mientras que los correlimos tridáctilos vienen de Groenlandia en su mayoría.


Las especies más numerosas, el chorlitejo grande y el correlimos común, proceden de distintas zonas pero seguramente el origen de la mayor parte de ellos se encuentra en Islandia.



Este año el paso postnupcial de limícolas está siendo muy flojo, probablemente el más escaso que yo recuerde. ¿Por qué ocurre esto? Es muy posible que nos hayan saltado. Si estudiamos las rutas migratorias que confluyen aquí, se observa que el principal lugar de parada para las aves que vienen del este se encuentra en las grandes llanuras de marisma europeas, en especial el Mar de Waden, mientras que para las que proceden del Atlántico NE la estación de paso se encuentra en los estuarios de las Islas Británicas.



Desde estas zonas de parada los limícolas continúan el viaje a sus zonas de invernada, tal vez ya sin detenerse más o acaso haciéndolo en el sur d la Península Ibérica. De esta manera, nuestros estuarios y rías no son en esta época un lugar importante para detenerse, excepto cuando se producen temporales del NO que los empujan hacia nuestras costas. Este mes de septiembre, como ha ocurrido ya los últimos años, estos temporales brillan por su ausencia.

Esto no es óbice para que los pajareros nos lancemos a las playas en busca de estas preciosas aves cuyo paso por aquí resulta tan fugaz. Así, veremos las especies más habituales, como las que señalé antes, u otras más escasas, como por ejemplo el correlimos gordo..


o la aguja colinegra, que en la siguiente fotografía se observa a la derecha, mientras que a la izquierda se distingue una aguja colipinta.


En Gozón contamos con dos buenos lugares para observar esta migración, la playa Bañugues y la ensenada de Llodero, de donde proceden las fotos que ilustran esta entrada.

lunes, 24 de septiembre de 2018

Sospechosos habituales

En estos últimos años se ha ido generalizando la presencia en Asturias, así como en otras zonas del norte, de la avispa asiática Vespa velutina. Esta especie invasora procede de Asia, y es una activa depredadora de nuestras abejas mielíferas. Este hecho, combinado con una catarata de noticias sensacionalistas aparecidas en prensa sobre muertes y ataques indiscriminados, ha disparado las alarmas, de forma que cualquier insecto de tamaño mediano o grande ha pasado a ser sospechoso poco menos que de asesinato.

Las primeras en la lista de sospechosos son por supuesto las avispas autóctonas, en especial el avispón autóctono Vespa crabro, especie de la cual pude registrar en primavera un ejemplar en Gozón libando sobre flores de umbelífera.


El avispón, como sabemos todos los que tuvimos la suerte de ver la serie de dibujos animados "La abeja Maya", depreda ocasionalmente sobre las abejas. Sin embargo convive en perfecto equilibrio con ellas, además es un perfecto polinizador de diversas flores y es el mayor freno natural del que disponemos para contrarrestar la expansión de su congénere asiático.


Otros sospechosos habituales no son siquiera himenópteros, es decir, no pertenecen a la familia de las avispas y abejas. Tal es el caso de algunos sírfidos, grupo de moscas que imitan su coloración y su aspecto, en especial el mayor de ellos, Milesia crabroniformis, el cual como su nombre indica adquiere el aspecto de un avispón.


Este sírfido vuela a mediados de verano, en especial durante el mes de agosto, y es bastante numeroso por el concejo, donde pude tomar este par de fotografías.


Otro sírfido un poco más pequeño que éste es la Volucella zonaria, cuyo periodo de vuelo es un poco más largo pero también está restringido al verano.



Estos insectos distan mucho de ser perjudiciales; al contrario, son altamente beneficiosos dado que trabajan activamente como polinizadores. En el caso de los sírfidos, incluso, pueden controlar las plagas dado que sus larvas son buenos depredadores de los pulgones.

Con un poco de conocimiento es imposible confundirlos con la avispa asiática. Por eso no es conveniente eliminar de forma sistemática cualquier insecto que nos parezca un poco grande o peligroso, a nosotros no nos va a causar ningún daño y su presencia es imprescindible para el correcto equilibrio de los ecosistemas.

jueves, 20 de septiembre de 2018

El desplome de la curruca

La curruca zarcera Sylvia communis es una de las varias especies de paseriformes que en esta época abandonan el continente europeo, donde se han reproducido, rumbo a sus cuarteles de invierno en África. Es más numerosa de lo que aparenta, dado que a diferencia de otros pájaros suele mantenerse escondida entre la vegetación arbustiva, saliendo de vez en cuando al descubierto siempre de forma fugaz, como ésta que localicé hace pocos días en la zona de Nieva.


Esta curruca se encuentra bien distribuida por toda Europa, faltando en muy pocas zonas; la página de la UICN estima el número de parejas entre 17 y 20 millones. Casi toda la población europea inverna en la franja del Sahel, la zona de África situada entre el desierto del Sáhara y las selvas tropicales.





La curruca zarcera es uno de los ejemplos mejor documentados de desplomes repentinos de las comunidades de aves. Así, en el año 1969, y como se documenta en el interesante artículo "¿Dónde se han ido todas las currucas?" el número de ejemplares que retornó a las islas británicas descendió cerca de un 75% con respecto al año anterior.


Según se demuestra en el citado artículo, la causa de tal desplome fue una sequía inusualmente intensa que se registró en la zona del Sahel, que debió aumentar enormemente la mortalidad de este paseriforme. Esta sequía debió ser localizada, ya que no afectó a todas las poblaciones por igual, pero las que la sufrieron tardaron varios años en recuperarse, y nunca recobraron los niveles anteriores.



domingo, 16 de septiembre de 2018

Empujada por la competencia


La libélula Aeshna cyanea es uno de nuestros más impresionantes odonatos: de talla grande y vuelo potente y directo, se desplaza a gran velocidad, y es capaz de rectificar en el aire su dirección con una facilidad admirable. Es realmente el prototipo del concepto de libélula más arraigado en nuestro imaginario. Otra característica de esta especie, al menos en nuestras latitudes, es que resulta ser la de aparición más tardía. Su periodo de vuelo principal coincide con la última parte del verano y la primera del otoño, en los meses de septiembre y octubre.


 Pero esto último no es así en toda la zona de distribución de esta libélula, ya que en la mayor parte de la misma (que por otro lado es bastante extensa) ya se puede ver volando desde junio o julio, en pleno verano. ¿Por qué ocurre esta diferenciación? Parece ser que la razón principal está en la ecología y la competencia interespecífica.



 Así, Aeshna cyanea se desarrolla sobre todo en ecosistemas lénticos, cerrados, sobre todo pequeñas charcas y estanques. Sin embargo, las principales poblaciones de la Península Ibérica, en el límite sur de la especie, se encuentran en ecosistemas lóticos, en especial arroyos y pequeños ríos por donde circula el agua, y de hecho no es raro verla patrullar a lo largo de los bordes de los mismos. Por ello, en esta zona de su área de distribución se ve obligada a competir con otras libélulas que ocupan los mismos ecosistemas, sobre todo Cordulegaster boltonii y Boyeria irene, cuyo periodo de vuelo principal ocupa el final de la primavera y la mayor parte del verano.


La respuesta evolutiva de A.cyanea ha consistido en retrasar el periodo de emergencia situándolo en las fechas en las que actualmente la observamos aquí, con el máximo justo a finales de la estación estival, empujada por la competencia con estas otras especies. Su desarrollo completo dura dos años, en los que atraviesa, como otras libélulas, por varias fases larvarias, y parece ser que el desarrollo de las últimas fases antes de la emergencia está retenido con respecto a lo que sucede normalmente.


Especie normalmente escasa en las zonas que yo controlo habitualmente, esta temporada está resultando ser bastante buena, y ya he podido localizar varios machos y juveniles cuyas fotografías ilustran esta entrada.

miércoles, 12 de septiembre de 2018

Dorada orla ancha

La dorada orla ancha es una de esas mariposas pequeñas y de tonos marrones que suele pasar desapercibida, lejos de las formas y los colores llamativos propios de las especies más espectaculares. Pertenece a la familia de los hespéridos, el grupo más primitivo de mariposas diurnas.


De unos 3 cm de envergadura, esta mariposa es bastante frecuente en Europa y Asia, aunque en la Península Ibérica es abundante sólo en la franja norte. Las orugas se alimentan de una gran variedad de gramíneas.


Es una especie con cierto dimorfismo sexual, ya que los machos se distinguen bien por la presencia del androconio, una estructura relacionada con la reproducción, y por la forma del abdomen. Aquí podemos ver un montaje para distinguirlos.

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Aunque se distribuye por zonas muy variadas, el hábitat favorito de esta mariposa lo constituyen los bordes de los arroyos y riachuelos. Le gusta mucho visitar las flores de corola larga, de donde es capaz de extraer el néctar gracias a su larga espiritrompa, que mide prácticamente lo mismo que su cuerpo.



El número de generaciones de esta mariposa varía de un lugar a otro. En la Asturias más costera y templada es bivoltina, es decir presenta dos generaciones, una de primavera y otra de verano, volando entre mayo y septiembre, si el otoño viene bueno se alarga hasta octubre.


Existe cierta controversia con el nombre científico de esta mariposa, que aparece con varios apelativos: Ochlodes venatus, O. venata u O. silvanus. En la Península Ibérica aparece la subespecie denominada faunus.

domingo, 9 de septiembre de 2018

Gaviotas sombrías "intermedius"

La gaviota sombría Larus fuscus ocupa un gran área geográfica que comprende buena parte de las costas europeas atlánticas y árticas, así como el Mar Báltico. Dentro de esta área tan enorme se suelen reconocer tres subespecies, siendo una de ellas la "intermedius" Larus fuscus intermedius, que se corresponde más o menos con las costas de Dinamarca y Noruega.


Morfológicamente es posible reconocer a esta subespecie porque tiene una forma más comprimida, más "aplastada" por decirlo así que la graellsii, que es la otra subespecie que se presenta aquí, y el color del dorso suele ser más oscuro. En esta foto obtenida hace unos días, el 24/08, en Bañugues, por ejemplo, se aprecian dos ejemplares.


Uno de ellos, el de la izquierda, es un ejemplar con anilla, en concreto se trata de J832L, anillado en el sur de Noruega el día 09/06/2015.


No es fácil registrar en Asturias ejemplares anillados de estas procedencias, ya que en las gaviotas sombrías se da la circunstancia de que los ejemplares más norteños invernan más al sur. Por eso produce una sensación especial localizarlos. De hecho este ejemplar cuenta con varias observaciones en su área de cría, pero ésta es la primera fuera de ella, lo cual indica que debe invernar en una zona no frecuentada por ornitólogos, seguramente en África.


Durante la última semana de agosto pude localizar otro ejemplar de esta subespecie, en este caso de procedencia danesa, con anilla azul V.K4M


Esta gaviota fue anillada en 2011 en Hirsholm, una isla al norte de la península de Jutlandia. Esta es su primera observación desde esa fecha, algo que tampoco debe extrañar debido a las circunstancias antes comentadas.

viernes, 7 de septiembre de 2018

Destino África

Todos los años, durante los meses de agosto y septiembre, una masa ingente de pequeños paseriformes abandonan el continente europeo, rumbo a sus cuarteles de invierno en África. La inmensa mayoría de ellos atraviesa el desierto del Sáhara, y por esa razón se denominan migrantes transaharianos. Las rasas costeras del litoral asturiano son un buen lugar para observarlos, ya que aquí sedimentan un buen número de ellos para descansar y alimentarse.

Estos días he tenido ocasión de localizar varias especies en diversos puntos del concejo de Gozón. Por ejemplo, los mosquiteros musicales Phylloscopus trochilus son frecuentes en el entorno del pequeño pinar de Cabo Peñas.


Se calcula que el mosquitero musical es el paseriforme más numeroso en esta migración postnupcial, cerca de mil millones de ellos abandonan Europa y Asia en esta época.


Las tarabillas norteñas Saxicola rubetra son también una especie regular y que se detecta con relativa facilidad dado que se posan al descubierto, como sus parientes las tarabillas europeas, aunque no permiten un gran acercamiento. Suelen buscar lugares altos para posarse, como ésta que localicé en una bala de hierba en Moniello.



Otra especie numerosa es la curruca zarcera Sylvia communis, pero no se detectan con facilidad ya que es bastante escondediza. Suele moverse en el interior de los arbustos, saliendo de vez en cuando al descubierto. En el tojal de la península de Nieva pude descubrir un grupo de 5 aves.



Caso opuesto es el de la collalba gris Oenanthe oenanthe, que se posa siempre al descubierto y por eso se puede encontrar casi en cualquier lugar. Esta la localicé también en la zona de Nieva.


Y uno de los pájaros más llamativos de esta migración es el colirrojo real Phoenicuros phoenicuros, en especial los machos. Es muy variable de unos años a otros, esta temporada parece ser especialmente escaso ya que se ven muy pocos. Este macho adulto lo registré a mediados de agosto en el área de Peroño.