martes, 31 de octubre de 2017

El vuelo del aguilucho lagunero

El aguilucho lagunero occidental Circus aeroginosus nunca ha sido una especie frecuente en Asturias. No se reproduce, y se observa de forma escasa en los pasos migratorios, siendo accidental en invierno. Suele aparecer en las zonas húmedas, como embalses o rías, y de vez en cuando en las rasas costeras. Un ejemplar juvenil lleva unos pocos días en Gozón, en torno a la zona de Cabo Peñas. Yo lo puede registrar en la campiña de Veridicio.


Uno de las rasgos más llamativos de los aguiluchos es su vuelo de prospección, que normalmente transcurre a corta distancia del suelo, mezclando aleteos profundos con planeos prolongados. Es un vuelo elegante y muy característico, como se puede ver en este vídeo que pude filmar.


Buena parte de las poblaciones europeas de este aguilucho son migradoras, invernando en la Península Ibérica y norte de África. Aunque como ya comenté su aparición en Asturias es ocasional, en los últimos años se ha hecho un poco más regular, quizá coincidiendo con una pequeña recuperación de la especie.



sábado, 28 de octubre de 2017

Los palustres, otra temporada

Cada año, de manera puntual, tenemos aquí a los escribanos palustres Emberiza schoeniclus al llegar la segunda quincena del mes de octubre. El domingo pasado localicé al primer ejemplar en la rasa costera de Verdicio, y hoy ya pude contar por la zona alrededor de 15 ejemplares.



Una vez que se ha extinguido como nidificante en Asturies a principios de este siglo XXI (aunque aún pudiese aparecer alguna pareja de manera esporádica), los escribanos palustres que se detectan son sobre todo invernantes. Para poder invernar, este ave necesita sobre todo dos requerimientos: zonas de cultivo y rastrojeras, que utiliza por el día como área de alimentación; y carrizales o cañaverales que les sirven por la noche como dormideros. En Verdicio ambos hábitats están presentes, de ahí que ocupen la zona todos los años.


El escribano palustre ocupa un área de distribución muy amplia, habitando en gran parte del continente euroasiático, y su situación general no es preocupante. Sin embargo, existen poblaciones, como las ibéricas, que se encuentran seriamente amenazadas (no olvidemos que en Asturias se ha extinguido). Además, en Europa se aprecia un decrecimiento, que puede llegar al 20-25% en los últimos años. Es curioso el caso de Gran Bretaña, donde tras sufrir un enorme desplome a finales del siglo XX, que puso a la especie en la Lista Roja, la especie se ha recuperado, quizá por adaptarse a nuevos biotopos, de forma que se ha podido sacar de dicha lista.




En la Península Ibérica, y por extensión en Asturias, se recibe un importante contingente de migrantes de la subs. nominal, que se reproduce por buena parte de Europa. Llegan ejemplares de toda la fachada europea occidental, como demuestran los estudios realizados en Asturies por el grupo de anillamiento Torquilla, aunque buena parte de ellos deben proceder de los países nórdicos, donde las poblaciones son totalmente migradoras.



Las rastrojeras donde se alimenta el escribano palustre cada vez se ven menos en nuestro concejo. Se trata de campos de cultivo sin roturar, donde crecen plantas ruderales con gran producción de semillas y fuerte producción de insectos, y que al tener gran porte y estar muy apretadas ofrecen tanto alimento como refugio. Es muy importante practicar una agricultura sostenible que permita el mantenimiento de estos rodales, básicos para la supervivencia invernal de ésta y de otras especies de aves paseriformes.




sábado, 21 de octubre de 2017

Los insectos del veroño

En los últimos años estamos asistiendo a un cambio climatológico indudable, traducido en un aumento de la temperatura media y una disminución de las precipitaciones. Quizá la época en que más se nota este efecto sean los primeros meses del otoño, y no en vano se ha puesto de moda el término "veroño", con el que se designa ahora la primera parte del otoño, que parece más bien una prolongación del verano, alcanzando incluso temperaturas más altas que en la estación estival.

Algunos organismos están respondiendo a estas transformaciones con cambios en su biología y en su ciclo vital. Yo lo he podido observar en alguno de los grupos que sigo más de cerca, como los odonatos. Por ejemplo, algunas libélulas están alargando su período de vuelo, como la libélula emperador Anax imperator. Las primeras aparecen normalmente a primeros de mayo, y las últimas solían verse a últimos de septiembre. Sin embargo, este año aún hay algunas volando en ciertas zonas, como por ejemplo en Gozón las charcas de Xagó o el pantano la Granda donde fotografié hace poco este macho.


En otros casos, se observan ejemplares en fechas atípicas, que se corresponden con generaciones nuevas que antes no aparecían. Es el caso de la libélula tigre Cordulegaster boltonii. Su periodo de vuelo normal transcurre en verano, entre junio y septiembre, sin embargo tanto el año pasado como éste he podido detectar adultos bien avanzado el mes de octubre, este año en un reguero de Viodo.


Pero no sólo en las libélulas se pueden apreciar estas pequeñas alteraciones. Así, entre los sírfidos, una familia de dípteros, la bonita mosca de las flores Myathropa florea presenta dos generaciones anuales, una de primavera y otra de verano. Sin embargo, hoy me encontré con este macho reciente en la vegetación de ribera de un río en Avilés.


Son estos pequeños y sutiles cambios que sumar a otros que los estudios están poniendo de manifiesto, bien sea en la fenología de las aves, tiempo de floración de muchas plantas, etc.

viernes, 20 de octubre de 2017

Picogordos en Bañugues

Avisado por mi compañero Rubén Fernández de la presencia de picogordo Coccothraustes coccothraustes en Bañugues, allí me fui tanto en la jornada de ayer como hoy para observarlo, ya que se trata de una especie que nunca había logrado ver en Asturias. Con un poco de fortuna conseguí avistarlo y además obtener un puñado de fotografías de un ejemplar, que aunque no son gran cosa sí dan testimonio de su presencia.


El picogordo es un fringílido que, aunque está muy extendido por Europa, en la Península Ibérica es más bien escaso. En Asturias no se reproduce. Para criar prefiere bosques con arbolado maduro y de gran tamaño, y en los que haya frutos y bayas de gran tamaño, que consume con su especializado pico, que le confiere en castellano un nombre muy acertado.


Las poblaciones más norteñas y orientales de este paseriforme en Europa son migradoras, y tienen que desplazarse al llegar el otoño por la falta de alimento en sus zonas de cría. Es en ese momento cuando se pueden presentar en Asturias, donde como he comentado no se reproduce. Se trata por lo general de aves aisladas que se observan tanto en migración postnupcial, generalmente a partir del mes de octubre, como en invernada.


Este otoño estamos disfrutando de un pequeño influx de la especie, que está apareciendo en diversos lugares, ligados por lo general a la presencia de frutos y bayas de los que se puede alimentar, sobre todo escaramujos de espino albar Crataegus monogyna. Se están observando además pequeños grupos, como éste de Bañugues que consta de unos 5 o 6 ejemplares.

Gracias a Rubén por advertirme de su presencia

martes, 17 de octubre de 2017

Plumeros junto a la carretera

El plumero o hierba de la Pampa Cortaderia selloana es una planta por todos conocida y que no requiere demasiada presentación. Especie originaria de ciertas áreas de Sudamérica, se introdujo en Europa con fines ornamentales en un primer momento, aunque después fue utilizada para la restauración de taludes. Hoy en día se ha propagado por enormes extensiones y es sin duda la especie invasora que supone una mayor amenaza de todas las que se encuentran en Asturias.

Gozón es un concejo bastante afectado por esta invasora, que encontramos por todas partes. Si nos preguntamos cuáles son las causas de esta gran colonización, veremos que en realidad son varias, la mayor parte de ellas relacionadas con actuaciones antrópicas ciertamente desafortunadas. A lo largo de la carretera que nos lleva de Luanco a Avilés, si ponemos un poco de atención, veremos varias manchas de plumero. Estudiando el origen de cada una de ellas podemos realizar una primera aproximación para comprender mejor dichas causas.


La primera mancha, a la que pertenece la foto anterior, nos la encontramos ya al poco de salir de Luanco, menos de 1 km. El origen de la misma es muy claro, se trata de la canalización de un arroyo que se abandonó completamente al ser terminada. Es decir, una obra en la que no se contempló ningún tipo de restauración. Al tener varios plumeros plantados en algunos jardines del entorno, se produjo lo inevitable, la colonización inmediata.



Para encontrarnos con el segundo rodal debemos avanzar bastante ya cerca de coronar el alto del Palomo a pocos km de llegar a Avilés. Esta mancha ocupa un antiguo vertedero de áridos que se permitió, junto a la carretera y rellenando en parte una vaguada fluvial. Esta mancha además de ser mucho mayor que la primera presenta una dificultad añadida para su erradicación, ya que buena parte de los plumeros han crecido en el terraplén del vertedero, una zona de fuerte pendiente. 


Otra característica que puede asombrarnos aquí es la elevadísima densidad de pies de planta que se observa, que responde a la gran capacidad de germinación del plumero de la pampa, la principal característica de su "éxito".


En esta franja de carretera se aprecia también un buen número de plantas de pequeño tamaño que crecen al borde de la carretera. Esta es la principal vía de propagación para la hierba de la Pampa, los arcenes, donde aprovecha los periódicos desbroces de vegetación para asaltar los espacios vacíos.





Siguiente rodal, lo observaremos en una zona abandonada junto a un antiguo depósito de aguas, todavía en el concejo de Gozón. Nuevamente, abandono y dejadez son aprovechados por esta invasora.


Para observar las siguientes manchas, ya en la localidad de Valliniello, concejo de Aviés, hemos de alejarnos un poco de la carretera. Una de ellas está junto al campo de fútbol, remodelado para transformarlo en campo de hierba artificial. La segunda en un terraplén artificial que divide dos prados. De nuevo, pequeñas obras sin importancia en las que nuestro invasor se ha colado.



Más adelante, y ya a punto de entrar en la ciudad de Avilés, localizamos la siguiente zona infectada. En este caso es reciente, y muy claro, se trata de una obra hecha para habilitar un gran aparcamiento. Y, de nuevo, sin efectuar ningún tipo de restauración al terminar la actuación. En este caso,  el plumero ha colonizado el talud rocoso excavado con el fin de dejar espacio para el aparcamiento, presentando de nuevo la dificultad que ya comenté para su erradicación de encontrarnos en una zona de fuerte pendiente.


Y ya para terminar, el fin de fiesta, el no va más del plumero de la Pampa: las enormes extensiones de plumero que se observan en los rellenos de la antigua Ensidesa, hoy ocupadas por un polígono industrial. Esta gran superficie llega incluso hasta las mismas puertas de la ciudad de Avilés, abrumando con su presencia.




No quisiera finalizar esta entrada sin exponer unas conclusiones personales sobre este asunto. La primera es que poco importa el origen de esta auténtica invasión, o quién haya sido el causante, lo verdaderamente trascendente es que a día de hoy es un problema de enorme magnitud que se debe resolver lo antes posible.

La segunda, y derivada precisamente de esa enorme magnitud, es que de nada sirven actuaciones puntuales, a nivel local o de ayuntamientos (si alguna vez alguno decidiera de verdad ponerse manos a la obra). En mi opinión, ni siquiera serían efectivas las medidas emprendidas por una administración autonómica en solitario. Este problema debe ser abordado a nivel global, por todas las administraciones autonómicas afectadas, que son todas las del norte ibérico. Nuestro plumero, a diferencia de los humanos, no distingue fronteras.

Y la tercera es que no debe permitirse ni una obra, por pequeño que sea su alcance, que no contemple un proyecto de restauración. Ya hemos visto que ese es el origen de muchas de las zonas infectadas actualmente por esta planta invasora. Este aspecto sí que cae plenamente dentro del ámbito de competencia de las autoridades locales, y si de verdad están interesadas en actuar contra este problema es lo primero que deben hacer.


En el estado actual de las cosas si se quiere de verdad atajar este problema hay que invertir una gran cantidad de dinero, en un proyecto de gran duración y a muy largo plazo. Nuestra labor de concienciación va enfocada a que los ciudadanos vean esto como lo que es, una de las mayores amenazas a la conservación de nuestra naturaleza. Y si llega el día que se presente un proyecto serio todos demos ese dinero por bien empleado.

domingo, 15 de octubre de 2017

Carbonero común y otros errantes

Una vez iniciado el otoño, los carboneros comunes Parus major de nuestra campiña se dispersan y comienzan a presentar una actitud errática, vagando sin cesar de un lugar a otro. Con este comportamiento persiguen sin duda un doble objetivo. Por un lado, el más claro, buscan diferentes fuentes de alimento. Por el otro, al no permanecer demasiado tiempo en el mismo emplazamiento, intentan escapar de la vigilancia de los depredadores.


Los carboneros comunes sacan adelante un buen número de jóvenes en época de cría, y por eso su presencia en esta época del año es muy notoria. Conforme se acerque el invierno y empeoren las condiciones climáticas muchos de ellos no lograrán sobrevivir y llegar a la siguiente temporada, no en vano es una de las especies que sufre mayor mortalidad. Sin embargo, el número de supervivientes siempre es suficiente para compensar las bajas.


Junto a los carboneros comunes, distintos paseriformes de comportamiento arborícola vagan también por la campiña, por ejemplo otros páridos como el carbonero garrapinos


o el herrerillo común.


Tambien los mitos



o los pequeños y simpáticos reyezuelos.



Estas pequeñas aves están especializados en buscar y rebuscar invertebrados en cualquier intersticio que presentan árboles y arbustos: en el envés de las hojas, entre las grietas de los troncos, sobre los líquenes y musgos, etc. Así lo podemos apreciar en este vídeo de un reyezuelo listado.


Todas las fotos fueron hechas ayer en diferentes parques de la ciudad de Avilés.

jueves, 12 de octubre de 2017

Ratoneros en los cables

Se confunden con águilas (muchas veces me lo han dicho) pero son ratoneros, busardos ratoneros que se llaman ahora. Una vez terminada la época de cría de la especie, los jóvenes se expanden por el concejo, y por eso en esta época se observa mucho más. Un posadero muy habitual del ratonero son los cables y postes, del teléfono o de la luz, en muchas ocasiones junto a la carretera, como este ejemplar que puede observar esta mañana a la entrada de Luanco.


Desde estos posaderos los ratoneros vigilan los prados del concejo al acecho de sus presas, que son de naturaleza muy variada, incluyendo reptiles, pequeños mamíferos, invertebrados, etc. Esta enorme diversidad en su espectro alimenticio explica en gran manera su éxito como el ave rapaz más extendida en nuestro territorio.


Sin embargo, esta proximidad de sus posaderos a las carreteras tiene también su lado oscuro. Un buen número de ratoneros caen atropellados, en especial en las vías principales donde los vehículos circulan a gran velocidad. Este por ejemplo es uno de los tres que he visto este año en la carretera de Luanco a Avilés.

martes, 10 de octubre de 2017

Pavo real, segunda generación

El pasado domingo unas cuantas mariposas de la especie pavo real Inachis io revoloteaban en el entorno del embalse de La Granda. Corresponden seguramente a la segunda generación de esta preciosa especie, una de las más hermosas que tenemos en el concejo, sino la que más.


Este hecho es constatable en algunos ejemplares como el de la foto anterior, muy fresco y con los colores muy vivos. En buena parte de Europa esta mariposa parece tener una única generación, pero la realidad es que su ciclo vital es muy diferente al que se puede observar aquí. Para empezar en el continente la primera generación nace en el mes de julio, y aquí lo hace antes. Por ejemplo este año el primer ejemplar lo observé el día 27 de mayo.


La segunda diferencia notable la encontramos en el momento del inicio de la hibernación, ya que el pavo real sobrevive al invierno en estado adulto. En buena parte de Europa esta hibernación parece comenzar ya en septiembre, mientras que aquí esta mariposa permanece activa hasta noviembre. Parece normal de esta manera que con un ciclo vital más extenso esta mariposa sufra aquí un mayor desgaste y se haya adaptado a tener dos generaciones anuales.


Es muy típico que los imagos recién emergidos permanezcan en las proximidades de su lugar de nacimiento durante unos días, y así se pueden observar pequeñas concentraciones como la que registré en torno al pantano de La Granda, con un máximo de 5 ejemplares juntos.


Estas mariposas se alimentaban activamente, libando de las mentas que aún están florecidas y también de las abundantes matas de la compuesta Dittrichia viscosa, planta muy extendida por todo Gozón. Lo que tratan de hacer en esta época es acumular las reservas suficientes para sobrevivir al invierno. Esto se puede observar en el siguiente vídeo.


sábado, 7 de octubre de 2017

Un bando de garcilla bueyera

Hace unos pocos días un bando de cerca de una treintena de aves de garcilla bueyera Bubulcus ibis reposaba en la ensenada de Llodero. Alguna de ellas se alimentaba incluso en el pedreo.



La garcilla bueyera es una especie que se ha hecho habitual en los últimos años en Asturias, sobre todo cerca de las grandes rías pero también en algunas zonas de la campiña costera. Estos bandos que aparecen en esta época pueden provenir de las reducidas poblaciones del oeste europeo, que suelen migrar hacia la Península Ibérica, y también de las propias poblaciones ibéricas que es conocido desde hace tiempo que realizan movimientos dispersivos de cierta distancia después de la cría.


La garcilla bueyera es probablemente el ave que ha experimentado una mayor expansión a nivel mundial, iniciando la misma a finales del siglo XIX. Este crecimiento es debido en gran parte a la relación de mutualismo que tiene con el ganado doméstico, sobre todo cualquier tipo de bóvidos (vacas, bueyes, búfalos, etc.). Hoy día su distribución es cosmopolita, aunque curiosamente en Europa no es muy abundante.


Las aves que permanecen en Asturias se alimentan en los prados, siempre cerca de las vacas, y al caer la tarde se reúnen en los dormideros, que como ya comenté están por lo general en las rías pero también en otros puntos como el parque Isabel la Católica de Gijón.