viernes, 11 de octubre de 2013

Libélulas de caza

Para mí uno de los mayores espectáculos naturales que se pueden disfrutar en el concejo de Gozón es la contemplación de algunas libélulas cuando están de caza, sobre todo de los ésnidos (Aeshnidae). Son libélulas de tamaño mediano a grande, y durante el verano y el otoño se pueden encontrar patrullando de manera incansable pequeñas extensiones de terreno. Ver cómo se detienen en el aire, dan quiebros en todas direcciones e imprimen de repente pequeñas aceleraciones a su movimiento es toda una maravilla.


Una libélula de esta familia que es bastante regular estos primeros días del otoño es la bonita Aeshna mixta, con casi 7 centímetros de longitud y más de 8 de envergadura alar. Hace unos días estuve siguiendo con detalle a varios ejemplares de esta especie en la desembocadura del arroyo La Cabaña en la playa de Bañugues, entre ellos este macho que se posó varias veces en la vegetación y me dejó hacerle algunas fotos.


No es lo normal, lo más frecuente es verlos en vuelo, al intentar hacerle fotos casi el 100% salen movidas y borrosas.



Las libélulas patrullaban continuamente dando caza a mosquitos, típulas y otros pequeños insectos, incluso algunas mariposas, de hecho pude ver a este macho comiéndose una blanquita de la col en vuelo. Decidí esperar unos momentos, a ver si tenía la suerte de inmortalizar la captura de alguna presa. Mi espera tuvo éxito, al cabo de un momento un ejemplar se posó a cierta distancia de mí con una captura.


Curiosamente, no se trataba del macho al que le hice las fotos anteriores, sino de una hembra, reconocible por su mezcla de verde y azul. Y lo que estaba devorando era otro odonato, probablemente un caballito del diablo Lestes viridis, de los que había por la zona varios ejemplares.



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