martes, 17 de octubre de 2017

Plumeros junto a la carretera

El plumero o hierba de la Pampa Cortaderia selloana es una planta por todos conocida y que no requiere demasiada presentación. Especie originaria de ciertas áreas de Sudamérica, se introdujo en Europa con fines ornamentales en un primer momento, aunque después fue utilizada para la restauración de taludes. Hoy en día se ha propagado por enormes extensiones y es sin duda la especie invasora que supone una mayor amenaza de todas las que se encuentran en Asturias.

Gozón es un concejo bastante afectado por esta invasora, que encontramos por todas partes. Si nos preguntamos cuáles son las causas de esta gran colonización, veremos que en realidad son varias, la mayor parte de ellas relacionadas con actuaciones antrópicas ciertamente desafortunadas. A lo largo de la carretera que nos lleva de Luanco a Avilés, si ponemos un poco de atención, veremos varias manchas de plumero. Estudiando el origen de cada una de ellas podemos realizar una primera aproximación para comprender mejor dichas causas.


La primera mancha, a la que pertenece la foto anterior, nos la encontramos ya al poco de salir de Luanco, menos de 1 km. El origen de la misma es muy claro, se trata de la canalización de un arroyo que se abandonó completamente al ser terminada. Es decir, una obra en la que no se contempló ningún tipo de restauración. Al tener varios plumeros plantados en algunos jardines del entorno, se produjo lo inevitable, la colonización inmediata.



Para encontrarnos con el segundo rodal debemos avanzar bastante ya cerca de coronar el alto del Palomo a pocos km de llegar a Avilés. Esta mancha ocupa un antiguo vertedero de áridos que se permitió, junto a la carretera y rellenando en parte una vaguada fluvial. Esta mancha además de ser mucho mayor que la primera presenta una dificultad añadida para su erradicación, ya que buena parte de los plumeros han crecido en el terraplén del vertedero, una zona de fuerte pendiente. 


Otra característica que puede asombrarnos aquí es la elevadísima densidad de pies de planta que se observa, que responde a la gran capacidad de germinación del plumero de la pampa, la principal característica de su "éxito".


En esta franja de carretera se aprecia también un buen número de plantas de pequeño tamaño que crecen al borde de la carretera. Esta es la principal vía de propagación para la hierba de la Pampa, los arcenes, donde aprovecha los periódicos desbroces de vegetación para asaltar los espacios vacíos.





Siguiente rodal, lo observaremos en una zona abandonada junto a un antiguo depósito de aguas, todavía en el concejo de Gozón. Nuevamente, abandono y dejadez son aprovechados por esta invasora.


Para observar las siguientes manchas, ya en la localidad de Valliniello, concejo de Aviés, hemos de alejarnos un poco de la carretera. Una de ellas está junto al campo de fútbol, remodelado para transformarlo en campo de hierba artificial. La segunda en un terraplén artificial que divide dos prados. De nuevo, pequeñas obras sin importancia en las que nuestro invasor se ha colado.



Más adelante, y ya a punto de entrar en la ciudad de Avilés, localizamos la siguiente zona infectada. En este caso es reciente, y muy claro, se trata de una obra hecha para habilitar un gran aparcamiento. Y, de nuevo, sin efectuar ningún tipo de restauración al terminar la actuación. En este caso,  el plumero ha colonizado el talud rocoso excavado con el fin de dejar espacio para el aparcamiento, presentando de nuevo la dificultad que ya comenté para su erradicación de encontrarnos en una zona de fuerte pendiente.


Y ya para terminar, el fin de fiesta, el no va más del plumero de la Pampa: las enormes extensiones de plumero que se observan en los rellenos de la antigua Ensidesa, hoy ocupadas por un polígono industrial. Esta gran superficie llega incluso hasta las mismas puertas de la ciudad de Avilés, abrumando con su presencia.




No quisiera finalizar esta entrada sin exponer unas conclusiones personales sobre este asunto. La primera es que poco importa el origen de esta auténtica invasión, o quién haya sido el causante, lo verdaderamente trascendente es que a día de hoy es un problema de enorme magnitud que se debe resolver lo antes posible.

La segunda, y derivada precisamente de esa enorme magnitud, es que de nada sirven actuaciones puntuales, a nivel local o de ayuntamientos (si alguna vez alguno decidiera de verdad ponerse manos a la obra). En mi opinión, ni siquiera serían efectivas las medidas emprendidas por una administración autonómica en solitario. Este problema debe ser abordado a nivel global, por todas las administraciones autonómicas afectadas, que son todas las del norte ibérico. Nuestro plumero, a diferencia de los humanos, no distingue fronteras.

Y la tercera es que no debe permitirse ni una obra, por pequeño que sea su alcance, que no contemple un proyecto de restauración. Ya hemos visto que ese es el origen de muchas de las zonas infectadas actualmente por esta planta invasora. Este aspecto sí que cae plenamente dentro del ámbito de competencia de las autoridades locales, y si de verdad están interesadas en actuar contra este problema es lo primero que deben hacer.


En el estado actual de las cosas si se quiere de verdad atajar este problema hay que invertir una gran cantidad de dinero, en un proyecto de gran duración y a muy largo plazo. Nuestra labor de concienciación va enfocada a que los ciudadanos vean esto como lo que es, una de las mayores amenazas a la conservación de nuestra naturaleza. Y si llega el día que se presente un proyecto serio todos demos ese dinero por bien empleado.

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