martes, 1 de marzo de 2011

Queda el martín pescador

Un vistazo a la playa de Bañugues el domingo me permitió descubrir que se habían ido casi todos los limícolas invernantes, salvo los andarríos chicos, que siempre aguantan más tiempo, y un par de vuelvepiedras. Por tanto, podemos cortar la cinta de salida de la migración prenupcial en la ensenada.

Entre las pocas aves que aún permanecen invernando estaba la pequeña joya del roquedo, el martín pescador Alcedo atthis, lo pude observar bien pescando en alguno de los charcos que se formaban entre las peñas. Se trata de una hembra, reconocible porque la base del pico tiene un tono rojizo, en el macho es enteramente negro.



También permanece aún en la playa el par de garcetas Egretta garzetta, a las que se pueden adivinar las plumas típicas de su vestido nupcial.




Y como ya dije entre los limícolas un par de vuelvepiedras y los andarríos chicos Actitis hypoleucos moviéndose también en su hábitat favorito, el roquedo.


En realidad, una de las razones principales por la que la mayoría de las aves se han ido de la playa y las pocas que quedan se encuentran en el roquedo es que las grandes mareas de este mes de febrero han metido bastante arena en la playa, tapando los acúmulos de algas viejas que producían gran cantidad de invertebrados de los que se alimentan las aves. La playa aparece así más limpia, pero menos productiva.









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