En la playa de Bañugues aún permanecían el sábado pasado los últimos invernantes de esta temporada, y digo permanecían porque ayer miércoles me di otra vuelta por allí y no pude observar ninguno, aunque puede influir que la marea estuviera a tope. Aquí están juntos dos de los más fieles, la gaviota cana Larus canus de primer invierno y mi viejo amigo Guernsey, 3.N4.
Otro de los fieles que aún pude ver el sábado fue el ejemplar de garceta común Egretta garzetta, al cual ya se le pueden distinguir las dos plumas nupciales de la nuca que le dan ese aspecto tan elegante.
Y entre los limícolas aún quedaban sendos ejemplares de chorlito gris Pluvialis squatarola, andarríos chico Actitis hypoleucos y dos chorlitejos grandes Charadrius hiaticula.
La migración prenupcial también va avanzando poco a poco, con cuentagotas. El sábado una aguja colinegra Limosa limosa se acercó durante un momento a la playa y estuvo volando en torno a la misma durante un par de minutos, aunque sin llegar a posarse.
Me dio tiempo a hacerle una foto cutre, aunque muy interesante, porque es la primera vez que observo a esta especie en la playa, y es nueva para el blog, así que le doy la bienvenida.
Ya digo que ayer no observé nada en la playa, pero pude comprobar que la migración prenupcial, a pesar de ser aparentemente menos dura y más rápida que la otoñal, también se cobra sus bajas. Así, tanto en Bañugues como en Xagó había sendos ejemplares muertos de gaviota sombría, Larus fuscus subs. graellsii.
Lo curioso del cadáver de Xagó era que estaba en las dunas, en la zona de las charcas, quizá buscó abrigo entre la vegetación al encontrarse mal.
Y en mi calendario particular de mariposas del concejo, ayer día 7 anoté en Xagó mi primera observación de Colias crocea, un precioso lepidóptero de color amarillo y biología peculiar.
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