lunes, 25 de julio de 2022

Paseo con libélulas

Los meses centrales del verano, julio y agosto, son los óptimos en Asturias para la observación de odonatos. Es la temporada en que se registran más especies, y aunque algunas de ellas son muy exclusivas y de distribución restringida, otras son generalistas y se pueden ver en cualquier paseo que hagamos junto a cualquier arroyo o regato.

Sin duda la especie más frecuente y con la que más a menudo nos podemos cruzar es un zigóptero o caballito del diablo, Calopteryx virgo. Este odonato se dispersa por la vegetación de los medios acuáticos donde vive, siempre que la vegetación lo permita. Así, en un tramo de bosque de ribera que suelo frecuentar, de unos 500 m. de longitud, pude contar más de 50 ejmplares.




En los regatos costeros de Asturias convive con la anterior especie un pariente suyo, el caballito del diablo Calopteryx haemorhoidalis. Este es un zigóptero más exigente, ya que necesita una buena cobertura de plantas acuáticas. En Asturias se ha descrito la subespecie asturica, con algunos rasgos morfológicos exclusivos.



Otra especie de zigóptero relativamente común en el borde de los regatos y arroyos, aunque ya deberemos poner algo más de atención para localizarla, es el rojo Pyrrhosoma nymphula. Tiene un periodo de vuelo bastante largo, desde finales de marzo hasta agosto.


Ya en cuanto a verdaderas libélulas, o anisópteros, la más extendida es sin duda la azul Orthetrum coerulescens. Junto a cualquier arroyo, por pequeño que sea, seguramente toparemos algún macho, que permanecen siempre cerca del agua.


De mayor tamaño y vuelo más potente es la libélula tigre Cordulegaster boltonii. Esta llamativa especie lleva una vida errante y vuela de un sitio a otro en busca de sus presas. Suele posarse con relativa frecuencia, lo que nos facilita la observación. Ambos sexos llevan una vida diferenciada, así los machos se suelen encontrar más cerca de las corrientes de agua, y son algo territoriales.



Las hembras por su parte llevan una existencia más alejada de los cursos de agua, excepto por supuesto para la reproducción. Cuando se posan son reconocibles por su llamativo ovopositor.



Y ya por fin otra libélula que nos podemos cruzar cuando paseamos es la poderosa Aeshna cyanea. Es una especie de otoño, pero los primeros ejemplares adultos emergen ahora a finales de julio, y este fin de semana me encontré con dos tenerales bastante tiernos, un macho y una hembra. Estos ejemplares jóvenes tienen mucha menos capacidad de vuelo que luego de adultos.





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