Uno de los que más llama la atención es el ejemplar juvenil de correlimos zarapitín Calidris ferruginea, que ya lleva al menos una semana en la ensenada.
Correlimos zarapitín Calidris ferruginea
Una agradable novedad es otro ejemplar juvenil de correlimos gordo Calidris canutus, novedad para mí este año en la ensenada, ya que en primavera no localicé ninguno. El mayor de los correlimos suele presentarse de forma muy escasa en otoño, y este año tampoco ha faltado a la cita.
Correlimos gordo Calidris canutus
También se puede observar un grupillo de 5 correlimos tridáctilos juveniles Calidris alba
Correlimos tridáctilo Calidris alba
Y para terminar con los correlimos comentar que hay un total de 7 correlimos comunes Calidris alpina, ejemplares juveniles pero que están realizando la muda a plumaje invernal. Ya se observan las plumas grisáceas típicas de este plumaje, en algún caso poco extendidas en las escapulares, pero en otros ya cubriendo buena parte del manto.
Correlimos común Calidris alpina
La especie más numerosa de todo el grupo es, como no, el chorlitejo grande Charadrius hiaticula, con un total de 17 ejemplares juveniles, uno de ellos está cojito y sólo camina apoyándose en una pata.
Chorlitejo grande Charadrius hiaticula
Y para completar el grupo, un total de 5 vuelvepiedras Arenaria interpres y 6 andarríos chicos Actitis hypoleucos que suelen moverse entre las rocas, estos últimos bastante dispersos.
También se ven algunos grupos en migración activa; por ejemplo ayer sábado se movía por la playa un grupo de 9 agujas colipintas Limosa lapponica jóvenes. Entre que la marea estaba alta y había bastante gente se marcharon tras un largo rato de volar de un lado para otro, lo cual nos indica que la sedimentación de aves sería mayor si no fuera por la presión humana que sufre esta playa.
Aguja colipinta Limosa lapponica
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