El sábado 15 de octubre se llevó a cabo por parte del grupo local de SEO-Asturias una visita a la zona del Cabo Peñas. El principal objetivo (ornitológico) de la visita era poder localizar el mayor número posible de aves en este periodo álgido de la migración, en el cual tenemos además la posibilidad de observar especies poco habituales en Asturias.
Así que, con ligero viento de levante y tiempo totalmente despejado, unos 15 ornitólogos nos ponemos en marcha partiendo del bar Cuatro Vientos hacia las 9h30. Durante el primer tramo de la visita caminamos por la pasarela de madera, dirigiendo nuestras miradas a los cormoranes moñudos Phalacrocorax aristotelis posados en las rocas a esta hora tan temprana de la mañana. Nos distrajeron también algunas mariposas vanesas Vanessa atalanta que calentaban sus alas con los primeros rayos de sol.
Vanesa Vanessa atalanta
Una vez abandonamos la ruta de los turistas y tras coger la senda que bordea el acantilado, efectuamos la primera parada para localizar especies residentes en el matorral.
Lo más interesante que observamos fue un macho de curruca cabecinegra Sylvia melanocephala, escasa en el brezal y que además se deja ver muy poco. También nos pudimos deleitar con alguna curruca rabilarga Sylvia undata, otro pajarín muy tímido, además de varios acentores Prunella modularis, buitrones Cisticola juncidis y, cómo no, la omipresente tarabilla común Saxicola torquata.
Tarabilla común macho Saxicola torquata
Igualmente pudimos ver un buen número de petirrojos o “raitanes” Erithacus rubecula. Durante estos días una gran cantidad de raitanes llegan a nuestra campiña, procedentes de Europa occidental, se distinguen de los nativos por su mancha anaranjada de mayor tamaño y más brillante.
Petirrojo Erithacus rubecula
En este primer tramo avistamos también varios ejemplares de zorzal común Turdus philomelos y pinzón vulgar Fringilla coelebs. Estas dos especies son muy raras en época de cría en el concejo de Gozón, aunque a partir de octubre llega un gran número de migrantes europeos, al igual que sucede con el petirrojo. Muchos de ellos se quedan a invernar, y si el invierno viene frío aumentan su número en gran medida.
Pinzón vulgar Fringilla coelebs
A la mitad del brezal efectuamos una parada en un punto estratégico, el roquedo donde más fácilmente se localizan los escribanos nivales o lapones, si los hubiera. Por supuesto, no hallamos ninguno, pero sí aparecieron una detrás de otra las tres figuras estelares de la excursión.
Primero, un esmerejón Falco columbarius en plena caza de pajarillos, tarea en la cual esta preciosa y hábil rapaz se veía continuamente acosado por un grupo de “simpáticas” urracas o “pegas” Pica pica. Luego, a los lejos, avistamos el ejemplar que llegó hace escasos días al brezal de bisbita de Richard Anthus richardi; y finalmente, de forma sorprendente y a unos metros de nosotros, emergió la espléndida figura de un búho campestre Asio flammeus, especie de estrígido (rapaz nocturna) que se ve fácilmente de día. En Asturias es muy escaso en migración en septiembre y octubre, siempre en rasas costeras. No pudimos obtener ninguna foto de estas tres estrellas.
Curiosamente, tras el registro del búho campestre el ritmo de la excursión se aceleró de forma notable, en una clara persecución en la dirección donde había desaparecido, hacia el oeste. Nos permitió volver a observarlo de nuevo hasta que se perdió finalmente detrás del edificio de Telefónica, en el extremo de nuestra ruta. Aquí nos encontramos también con un juvenil de collalba gris Oenanthe oenanthe, especie en migración hacia África, de la cual vimos en total 4 ejemplares.
Collalba gris Oenanthe oenanthe
Iniciamos en ese momento el camino de vuelta, que como todos los caminos de vuelta fue claramente más rápido. Cuatro especies muy abundantes tanto a la ida como a la vuelta fueron la alondra Alauda arvensis (la cual nos “deleitó” todo el tiempo con su incesante cantar), el bisbita pratense Anthus pratensis, el pardillo común Acanthis cannabina y el jilguero Carduelis carduelis. Bandos de estas especies se vieron llegar de forma activa desde la mar, en migración.
Finalmente regresamos al punto de partida, el bar Cuatro Vientos, donde nos esperaba fiel un precioso macho de colirrojo tizón Phoenicurus ochruros, tan acostumbrado a la multitud que pareciera que no se percata de su presencia.
Colirrojo tizón macho Phoenicurus ochruros
A las 14 h dimos por finalizada la excursión y procedimos a reponer fuerzas, hasta la próxima.
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