Es muy entretenido observar a esta bonita especie recorriendo las rocas, inmune al oleaje y al resbaladizo verdín, barriendo las algas y localizando las presas con ayuda de su sensible pico. Su alimentación se basa en pequeños invertebrados, como caracolillos marinos.
Este ejemplar parece tratarse de un juvenil de primer invierno, por los bordes blancos de las coberteras alares.
Mientras, el segundo ejemplar descansaba en uno de los bloques, en apariencia un adulto, con el plumaje más uniforme.
Junto a él, el único vuelvepiedras que de momento está por la zona.
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