sábado, 27 de junio de 2020

Dos pequeñas migrantes

Aunque algunos ejemplares pueden llegar un poco antes, es en la segunda quincena de junio cuando recibimos en la campiña asturiana el aflujo de dos pequeñas mariposas migradoras, ambas pertenecientes a la familia de los licénidos. Ambas especies están estrechamente emparentadas y comparten diversos rasgos comunes, entre ellos la presencia de un par de ocelos en su parte posterior, que distraen la atención de posibles depredadores. Son por un lado la gris estriada Leptotes pirithous


y por otro la canela estriada Lampides boeticus.


Como una parte fundamental de su estrategia migratoria, las hembras que llegan lo hacen ya fecundadas, y por eso lo primero que hacen una vez aquí es buscar las plantas donde depositar sus huevos. Ambas especies están especializadas en las plantas de la familia de las leguminosas, especialmente las de porte alto como el género Medicago



Aunque en la costa no le hacen ascos a los tojos o rebollas del género Ulex.



Ambas mariposas están llegando desde el Norte de África y el sur de la Península Ibérica, y estarán con nosotros entre 3 y 4 meses, donde darán lugar a una o dos nuevas generaciones que volverán al sur para continuar el ciclo.

Esta capacidad migratoria de ambos licénidos les ha permitido conquistar amplias regiones del globo, y de hecho Lampides boeticus es una de las mariposas más ámpliamente distribuidas en el mundo.

martes, 23 de junio de 2020

Un caballito de las charcas

Los odonatos habitan en los humedales, repartiéndose en diferentes tipos de ecosistemas. Hay especies más generalistas, que se adaptan a zonas húmedas de diferentes tipologías, y las hay más especialistas, que sobreviven en hábitats muy determinados. Uno de estos últimos es el léstido Lestes dryas.


Este caballito del diablo es propio de aguas estancadas con cierta acidez y escasa profundidad, pozas o charcas que en muchas ocasiones se secan en verano. Suele volar entre los meses de mayo y julio, a finales de primavera y principios de verano.


Como ocurre con muchos odonatos, esta especie presenta un marcado dimorfismo sexual. Además, machos y hembras se reparten el hábitat, y así los machos se encuentran en la vegetación que crece en torno a las charcas, mientras que las hembras se muestran más escondidas, en zonas más interiores. Sólo se encuentran para la cópula.





Este zygoptero cuenta con un área de distribución muy amplia, aunque en Europa escasea hacia el sur. Se ha constatado que está volviéndose escasa en el centro y norte de Europa, habiendo incluso desaparecido temporalmente de Gran Bretaña. Uno de los factores que influyen en este declive es que las poblaciones normalmente son de pequeño tamaño. En Asturias se encuentran pequeñas poblaciones dispersas por el territorio, una de ellas en las charcas de Xagó donde realicé estas fotos hace unos pocos días.

domingo, 14 de junio de 2020

Llegan las pardelas baleares

La pardela balear Puffinus mauretanicus es una especie endémica de las islas que le dan nombre, donde se conoce como petit virot. Es el ave marina más amenazada de Europa, con unos pocos miles de parejas. La reproducción transcurre a partir del mes de febrero, y finaliza entre mayo y junio, momento en que la población se desplaza al Atlántico a través del estrecho de Gibraltar.


Gracias a los estudios de radiomarcaje se sabe que las pardelas baleares se desplazan al Atlántico este para establecerse durante buena parte del ciclo anual, más o menos el que corresponde al verano y otoño. Dos zonas son las preferidas gracias a los recursos alimenticios de que disponen en esta época, las costas del Norte de Portugal y fachada atlántica de Galicia, por un lado, y la zona del Golfo de Vizcaya, en especial la Bretaña francesa.


La población que se traslada al Golfo de Vizcaya comienza a verse en las costas asturianas a partir del mes de junio, mostrándose más costera que otras pardelas. Se registran más o menos hasta el mes de noviembre, es decir prácticamente la mitad de su ciclo anual. El sábado día 13/06 pude contabilizar 9 aves en una hora de observación, coincidiendo con esta entrada que menciono en aguas del Golfo de Vizcaya. Alguna de ellas presenta incluso aspecto de estar mudando, tal como se aprecia en las fotografías.




viernes, 12 de junio de 2020

Un poco de campiña estival

El mes de junio es probablemente el menos indicado para la observación de nuestra avifauna. No tenemos el constante cambio de las migraciones, ni los grandes bandos propios de la invernada. Por ello, es tiempo de fijarnos en esas aves a las que no prestamos suficiente atención el resto del año, de estar atentos a sus movimientos, a sus continuas idas y venidas. Eso es lo que yo hice el sábado pasado en la zona de Peroño, a las afueras de Luanco, un enclave muy interesante para nuestros pájaros más comunes.

Los jilgueros juveniles de la primera nidada son ya plenamente independientes y se mueven de un lado a otro buscándose la vida.


Mientras, las parejas de adultos siguen unidas y ya están preparando la segunda cría, para ello construyen un segundo nido en un nuevo sitio. La hembra recoge el material y el macho la acompaña siempre.



Por su parte, los juveniles de colirrojo tizón son más tardíos y acaban de dejar el nido hace pocos días; aún siguen dependiendo de los padres, que los continúan alimentando.



Los pardillos comunes, fringílidos al igual que los jilgueros, presentan un comportamiento muy similar y también se mueven en parejas.


Los zarceros políglotas o comunes, hacen honor a su nombre y se mueven en torno a las zarzas, que les ofrecen refugio y alimento.


Los pequeños buitrones, por su parte, gustan de desplazarse por las zonas de hierba, plagadas de gramíneas en esta época del año.


Pero si hablamos de aves discretas por excelencia, tenemos a las hembras de mirlo o los acentores comunes, también muy ajetreados en busca de alimento para sus pollos, en el caso de los mirlos también van por la segunda nidada.



En esta época los pájaros se muestran esquivos y escondedizos. Después de todo, la reproducción es quizá la etapa más decisiva en sus vidas, y buena parte del éxito está en pasar lo más desapercibidos posible.

domingo, 7 de junio de 2020

Familias de azulones

El ánade real o azulón Anas platyrhynchos está distribuido en la actualidad ampliamente extendido por Asturias, en especial a lo largo de la zona costera y la depresión central. En el concejo de Gozón la mayor población se encuentra en la playa de Verdicio, donde se reproducen varias parejas. En el momento actual podemos observar varias familias, compuestas de los pollos de una misma nidada y la madre de los mismos, que es normalmente el adulto que los acompaña.


El periodo reproductor de los azulones es bastante prolongado, extendiéndose durante la primavera y parte del verano. Las hembras van espaciando las nidadas a lo largo de todo este tiempo, y además los pequeños patos están con sus madres bastante tiempo antes de independizarse, entre 50 y 60 días. Por eso en agrupaciones como la de Verdicio se pueden ver pollos de diversos tamaños, desde unas pocas semanas hasta otros que ya son prácticamente adultos.



 


Cada hembra tiene alrededor de una decena de patitos en el momento del nacimiento, pero éstos se enfrentan a muchos peligros desde el primer día, en especial todo tipo de depredadores. Por eso es normal que en cada familia solo unos pocos jóvenes culminen su desarrollo. Las que pude observar hoy en Verdicio estaban compuestas en su totalidad de 3-4.

martes, 2 de junio de 2020

Los últimos migrantes

Este año, el confinamiento del que ahora estamos saliendo ha coincidido con la mayor parte de la migración prenupcial por Asturias. Por ello, nos hemos perdido el desarrollo de la misma. Sólo al final pudimos captar algo, los migrantes más tardíos. A últimos de mayo, el fuerte viento del nordeste obligaba a estos últimos migrantes, varias especies de limícolas, a detenerse en ensenadas costeras como la de Bañugues.



El día 24, a pesar de ser domingo y estar la playa atestada de gente, un grupo de limícolas se alimentaba en la playa. Las especies eran las habituales de estas fechas, mayoría de chorlitejos grandes, con varios correlimos comunes, correlimos tridáctilos, archibebes comunes y el verso suelto de un correlimos gordo.


Esta migración tan tardía es producto de la evolución. Estas especies crían en latitudes árticas, donde el periodo favorable a la reproducción es muy corto, de apenas dos meses, al principio del verano. Por tanto deben sincronizar perfectamente su llegada, hacerlo demasiado pronto supone estar sometido a las inclemencias climáticas, y hacerlo tarde supone no aprovechar los infinitos recursos que la tundra dispone en forma de millones y millones de invertebrados.


Especialmente llamativo es el caso del correlimos tridáctilo. Esta especie se reproduce en el extremo NO de Groenlandia y las islas del NE de Canadá. Para el caso extremo de un ave que invernase cerca del S de África este viaje podría suponer cerca de 15.000 km, toda una verdadera hazaña.


Otro caso llamativo es el del archibebe común, cuya temporada migratoria comienza ya a fines de marzo o primeros de abril. Esta especie migra en "salto de rana", de forma que las poblaciones que crían mas al norte se desplazan más lejos, y son las que vemos ahora.



Comprobando la enorme magnitud de estos viajes se puede entender la absoluta necesidad de respetar el reposo y descanso de estos pequeños viajeros. Si no se pueden alimentar en las paradas que hacen en sus desplazamientos existen bastantes probabilidades de que no lleguen a su destino. Por eso, cuando tengamos la inmensa suerte de encontrarnos con ellos, seamos respetuosos e intentemos molestarlos lo menos posible.