martes, 23 de abril de 2019

Lavanderas boyeras, diversidad.

Ya ha llegado a los campos abiertos de Gozón uno de sus más llamativos y conspicuos moradores, la lavandera boyera Motacilla flava. Este bonito paseriforme permanece con nosotros más o menos de abril a septiembre, el tiempo justo para realizar la reproducción y realizar la muda antes de volver a su área de invernada en África. La subespecie que cría aquí es la ibérica, M.f. iberiae, que se caracteriza por la cabeza gris azulada con lista superciliar, la garganta blanca y el plumaje del dorso de tonos muy verdes. Tuve la oportunidad de observar unas cuantas el último fin de semana en la campiña de Verdicio.


La lavandera boyera se reproduce en buena parte del Paleártico, pero a través de su extensa área de distribución muestra una gran diversidad de plumajes, de forma que se reconocen hasta 12 o 13 subespecies, algunas de ellas ocupando extensas zonas geográficas y otras algo más reducidas, como nuestra ibérica.


Esta gran diversidad ha llamado la atención de los científicos, que han realizado diversos estudios sobre las posibles razones de la misma. Uno de los más completos y recientes detalla que la variabilidad genética entre las distintas subespecies no es muy antigua, y podría haberse originado tan sólo en la última fase del Pleistoceno, durante el último millón de años. Las variaciones en el plumaje se deben a un número muy pequeño de genes, que son los que se han seleccionado durante este corto periodo de tiempo, en términos evolutivos.

Otros estudios detallan que las subespecies del este de Asia son las más divergentes, por lo que se han separado del resto hace más tiempo. Entre las especies del oeste han jugado un papel fundamental las barreras geográficas que han ido surgiendo durante las glaciaciones, originando las formas presentes en las diferentes penínsulas e islas, como nuestra ibérica.



Es curioso que en algunas áreas geográficas, sobre todo del norte, ha adquirido cierta importancia dentro de esta corriente evolutiva la preferencia sexual de las hembras. Éstas han ido dejando de lado caracteres sexuales importantes en otras especies de paseriformes, como el canto (que se ha ido empobreciendo mucho) para seleccionar al macho por otros caracteres más secundarios, como los tonos de la cabeza. Esto ha permitido que estos caracteres se hayan ido fijando cada vez más conforme pasaba el tiempo.

Todo ésto no ha sido obstáculo para que en las zonas de contacto entre dos subespecies éstas puedan hibridar. Así, en ciertas zonas del NE de la Península Ibérica las poblaciones muestran caracteres intermedios entre la subs. ibérica (que también se extiende por el SE de Francia) y la subs italiana cinerocapilla. Ambas subespecies están muy próximas en términos genéticos y su separación es muy reciente cronológicamente.



Otro hecho interesante es que las subespecies de lavandera boyera pueden ocupar diferentes hábitats ecológicos, y contraerse o expandirse en función de la disponibilidad de estos hábitats. Así, la subs feldegg del Cercano Oriente, asociada a zonas húmedas, pudo ampliar su área de distribución durante el siglo XX en un extensa área geográfica gracias al desarrollo de humedales artificiales para el regadío.


Para saber más:

Bartrolí, X. (1991). An intermediate population of Italian and Spanish Yellow Wagtails Motacilla flava cinereocapilla and Motacilla flava iberiae in Northeastern Spain. Ardeola 38: 199-205. SEO.

Ferlini, F. (2016). Evolution of the breeding range of the Black-headed Yellow Wagtail (Motacilla flava feldegg). Rivista Italiana Di Ornitologia, 86(1), 3-38. https://doi.org/10.4081/rio.2016.303

Harris, R. B., Alström, P., Ödeen, A., & Leaché, A. D. (2018). Discordance between genomic divergence and phenotypic variation in a rapidly evolving avian genus (Motacilla). Molecular phylogenetics and evolution, 120: 183-195.

Ödeen A, Björklund M. Dynamics in the evolution of sexual traits: losses and gains, radiation and convergence in yellow wagtails (Motacilla flava). Mol Ecol. 2003;12: 2113–2130.



viernes, 19 de abril de 2019

Un alimoche por Gozón

Un ejemplar de alimoche Neophron percnopterus lleva varios días establecido por el concejo de Gozón. La primera observación de este ave fue a cargo de Xuan Cortés el día 12, en la zona de Cabo Peñas. El día 13 lo pude observar yo en la zona de Bocines, próxima a Luanco, cicleando en compañía de una cigüeña blanca, y hoy día 19 de nuevo en el Cabo Peñas en solitario. Se trata de un ejemplar subadulto, de acuerdo a lo que parece por su plumaje, y probablemente es el primer registro de este precioso necrófago en el concejo.



El alimoche se reproduce por buena parte de las sierras asturianas, sobre todo en la zona oriental, donde puede llegar a niveles próximos a la costa, siendo menos frecuente en el centro y el occidente, al no encontrar tanta abundancia de cortados rocosos para nidificar. En los últimos años parece haber aumentado su número, con más parejas reproductoras.


Los alimoches tardan varios años en criar, entre 4 y 5, y en sus años de inmadurez actúan como aves divagantes. Sin embargo suelen hacerlo en áreas próximas a los lugares donde nacieron, y es por eso bastante extraña la presencia de este ejemplar en nuestro concejo, a bastante distancia de las zonas de cría asturianas.

martes, 16 de abril de 2019

Prados de siega y mariposas

Los prados de siega son los prados tradicionales de toda la vida. Se trata de tierras llanas o de relieves suaves, que se destinan a que en ellos crezca la hierba con el fin de proporcionar alimento para el ganado en época de pastos, así como de disponer de heno para el periodo invernal. Se basan por lo tanto en la alternancia entre siega y pastoreo.


Este modo de manejo permite la regeneración del suelo y la sucesión de especies vegetales a lo largo del año. De este modo presentan una elevada biodiversidad en cuanto a su flora, con especies de muy diversas familias, en especial umbelíferas, papilionáceas o compuestas, que cuando llega la primavera adquieren un enorme colorido por la proliferación de todo tipo de flores.


En estos prados de siega tradicionales es donde encontramos sin duda una mayor diversidad de lepidópteros, que por un lado encuentran en esta variedad de plantas las especies nutricias a las que están asociadas, y por otro lado liban en el néctar de las flores y encuentran la fuente de energía necesaria para poder desempeñar sus funciones vitales.

Así, en estos prados encontramos especies de todos los grupos de mariposas diurnas, que a estas alturas de mediados de abril ya son unas cuantas. Una de las más llamativas, del grupo de los ninfálidos, es la doncella de la centaura Mellitaea phoebe.


La pequeña ninfa de Linneo Coenonympha pamphilus también vive en estos prados, aunque prefiere las zonas con más hierba y menos flores.


Entre los licénidos una de las más frecuentes es la manto oscuro Lycaena tityrus, en la que la hembra (arriba) es más llamativa que el macho (debajo).



Otro licénido frecuente y extendido en estos prados es la ícaro dos puntos Polyommatus icarus, cuyo macho es una de las pequeñas mariposas azules.


Del grupo de los piéridos aún se observan algunos machos de la preciosa cleopatra Gonepteryx cleopatra acosando a las hembras para reproducirse, aunque éstas con el abdomen levantado se nieguen al acoplamiento.


Y del grupo con las mariposas más primitivas, algunas semejantes a polillas, el de los hespéridos, también observamos varias especies, como la escasa ajedrezada yunque Pyrgus armoricanus


o la discreta y muy marrón cervantes Erynnis tages.


Estos prados de siega han ido desapareciendo de forma paulatina del concejo de Gozón, aunque aún nos quedan algunos salpicados por diversos lugares, como el entorno del pantano de La Granda, donde pude realizar todas estas tomas el pasado fin de semana. Poco a poco van siendo sustituidos por explotaciones de la tierra más agresivas, como por ejemplo los cultivos de vallico y otras especies de gramíneas, en los que la variedad de plantas es muy reducida. En esta foto puede verse el contraste entre los prados (a la izquierda) y los cultivos (a la derecha).


En este proceso de pérdida de los prados hemos ido perdiendo también por el camino varias especies de mariposas que no pueden sobrevivir en otros lugares. Esperemos conservar los escasos prados de siega que aún nos quedan y seguir disfrutado del vuelo de estos hermosos insectos.

domingo, 14 de abril de 2019

Carricerín común en migración

Un ejemplar de carricerín común Acrocephalus schoenobaenus se movía el sábado día 13/04 por el carrizal adyacente a la playa de Verdicio, haciendo un alto en su retorno migratorio a las áreas de cría en Europa. Es éste un buen dato, ya que el carricerín común en Asturias es una especie muy escasa en migración prenupcial, y mucho más corriente en migración postnupcial. Por ejemplo Manuel Quintana, en su blog Aves en Azul y Verde, comenta que entre 2002 y 2012 anilla un total de 88 ejemplares en este carrizal, casi todos en paso otoñal.


El carricerín común es un migrador transahariano. Su área de cría se reparte por gran parte de Europa y la parte occidental de Asia, e inverna en África al sur del Sáhara. Dentro del continente europeo se encuentra por buena parte de la fachada atlántica. Sin embargo, en la Península Ibérica es esporádico como nidificante. Cría en carrizales, cañaverales y diferentes ecosistemas ligados a las zonas húmedas. En las migraciones también aparece ligado a estos humedales, pudiendo observar alguno en la campiña de forma esporádica.


Como ya comenté, en Asturias aparece casi exclusivamente en migración postnupcial, a partir del mes de julio. Así, en la ría de Villaviciosa, en un estudio del Grupo de Anillamiento Torquilla, fue la especie más anillada entre 2004 y 2006, con 250 ejemplares de media, y las capturas en primavera sólo supusieron el 6%. 


¿Por qué ocurre ésto? La explicación habitual dice que la migración de primaveral es más "oriental". Sin embargo, en el este de la Península Ibérica es un ave escasa en cualquier época. Por ejemplo eEl Hondo (Alicante) sólo se anillan 2 ejemplares de media por año. En una campaña reciente llevada a cabo en 2018 en los humedales de la Comunidad Valenciana, el carricerín común es bastante más escaso que otros paseriformes anillados.


La clave nos la puede dar el humedal de La Nava, en Palencia. Este humedal es uno de sus puntos claves en migración de otoño, pero resulta que también es frecuente en Primavera. Así, fue la especie más capturada durante las campañas de anillamiento primaveral de 2005 y 2006 representando más del 30% de las primeras capturas (alrededor de 500 ejemplares de media por año).


Por los datos de recapturas se sabe que los carricerines que pasan por Asturias proceden de toda la fachada atlántica europea, desde Francia hasta Noruega. ¿Qué ocurre entonces en realidad? Lo más probable es que en migración primaveral las aves den un primer salto para superar el desierto del Sáhara, repongan fuerzas en humedales del norte de África o del interior de la Península Ibérica, como La Nava, que en condiciones normales y tras las lluvias del invierno tendrán alimento suficiente, y de ahí den un segundo salto hacia sus áreas de cría.

En otoño, una vez terminada la reproducción, sus primeras fuentes de alimentación para reponer fuerzas pueden suponerlas los humedales cantábricos, aún verdes y rebosantes de insectos, y por eso estas zonas suponen una parada estratégica para estas aves. Por eso, la explicación más sencilla es que en primavera simplemente nos saltan por encima.

jueves, 11 de abril de 2019

Un licénido peculiar

Los licénidos son pequeñas mariposas, muchas de las cuales presentan un  precioso color azul, en algunos casos sólo el macho y en otros ambos sexos. Estas maripositas azules son difíciles de distinguir, ya que hay especies muy parecidas. De entre ellas la náyade Celastrina argiolus presenta varios rasgos distintivos. Por ejemplo, el reverso de las alas, que es blanco con puntos negros, es bastante característico, como se observa en esta hembra que registré hace pocos días en Gozón.


Uno de los rasgos peculiares de la náyade es su fenología, ya que se trata de una especie muy temprana, apareciendo los primeros ejemplares en invierno. De hecho este año las primeras se vieron volar ya a finales de enero. Si tenemos en cuenta que puede verse hasta mediados de octubre, podrían darse en la costa asturiana hasta 4 generaciones anuales algunos años, frente a sólo dos en la mayor parte de Europa.


Otra de sus peculiaridades radica en su comportamiento, dado que suele volar a media altura sobre los arbustos, posándose muchas veces sobre las zarzas. Además presenta un aleteo rápido y activo. Los licénidos vuelan por lo general a ras de suelo, o sobre plantas de poco porte, con una trayectoria algo errática.


Aunque presenta varias plantas nutricias, sus favoritas son la hiedra y el acebo, no en vano se conoce en inglés como "holly blue", azul del acebo.

martes, 9 de abril de 2019

Una gaviota híbrida

El pasado sábado 06/04 mi amiga Gema González y yo localizamos una gaviota anillada en la playa de Bañugues, en el pequeño bando que en aquellos momentos ocupaba la arena. Como Gema es una estupenda fotógrafa le pudo sacar unas buenas fotos que me ha cedido amablemente y que mostraban a las claras el código de la anilla, que pudimos leer como Y.CLD. Las gaviotas con estas anillas proceden de Holanda.



Como se ve, parece una gaviota sombría muy normal, en su segundo invierno. Sin embargo, al buscar referencias en internet sobre su posible procedencia me encontré, en la más que recomendable página web "gulls to the horizon", que este ejemplar era un posible híbrido. O más bien cabría decir que el híbrido era su padre, procedente de una pareja mixta de gaviotas sombría y patiamarilla. En las fotos se aprecia bien su manto de tonos intermedios (el joven al que alimenta es nuestra gaviota de Bañugues).



Ya me han enviado el historial de la gaviota, que confirma este hecho. Se trata de un ejemplar procedente de la colonia de Ijmuiden, en el centro de Holanda, cuyo padre es un híbrido de gaviota patiamarilla y sombría, mientras que su madre es una gaviota sombría pura. Esta es su primera cita desde que abandonó la colonia de cría, por lo que los anilladores están contentos de descubrir que nuestra gaviota se parece mucho más a su madre, una sombría pura, que a su padre.



Las gaviotas patiamarillas se han expandido desde mediados del siglo XX hasta las costas de los países del centro de Europa, como Holanda o Alemania, así como a las Islas Británicas. Se han encontrado aquí con las otras dos especies que ya estaban presentes, tanto la sombría como la argéntea, y como es habitual en estas aves cuando ocurren hechos similares, desde el principio se han registrado parejas híbridas donde cada componente pertenece a una especie. Es curioso comprobar cómo, según demuestra el caso que aquí nos ocupa, los descendientes de estas parejas mixtas son fértiles y pueden tener descendencia, lo que nos indica que se trata de especies muy cercanas desde el punto de vista evolutivo.




viernes, 5 de abril de 2019

Fuera de temporada

El pasado 31 de marzo localizaba un ejemplar de mariposa cardera Vanessa cardui en la zona de Peroño a las afueras de Luanco, un individuo además bastante fresco, moviéndose en un parche con flores de Lamium maculatum.


Su estado contrastaba bastante con este otro ejemplar bastante más deteriorado que localicé a mediados de mes en los prados de Moniello.


Sin duda este segundo ejemplar es uno de los llegados a Gozón a principios del invierno, que se pudieron observar en varios puntos del concejo y de los que registré incluso una cópula. Es más que probable que se hayan reproducido y el ejemplar de Peroño corresponda a la nueva generación.



Esta reproducción de la mariposa cardera en invierno es un hecho excepcional. La cardera es un lepidóptero migrador, que en otoño-invierno tiene dos o tres generaciones en su zona sur, en África y el sur del mediterráneo, y en primavera-verano una única generación más a lo largo del continente europeo. A partir de mediados de abril o primeros de mayo es cuando comienzan a llegar a nuestras latitudes las que han nacido más al sur. Algunas primaveras la migración es masiva.




miércoles, 3 de abril de 2019

Vientos del este y migración

La última semana del mes de marzo estuvo caracterizada en Asturias por los fuertes vientos del este asociados a un fuerte anticiclón atlántico. Estos vientos, cuando ocurren en primavera, originan buenas sedimentaciones de aves migradoras, ya que se oponen a sus movimientos de vuelta a sus zonas de cría, obligándolas a descansar en tierra.

Así, por las playas se observaron algunos limícolas poco habituales, como por ejemplo las avocetas Recurvirostra avosetta. Un grupo de casi 40 aves se posó durante unas pocas horas en la ensenada de Llodero, y yo tuve la suerte de poder observarlas cuando se iban debido a la marea, advertido por mis compañeros ornitólogos.



En la playa de Bañugues y la charca de Coneo en Cabo Peñas se registraron pequeños grupos de chorlitejo patinegro y chorlitejo chico, especies también escasas en esta época.



Otro limícola del que se registraron varios ejemplares por los estuarios asturianos, infrecuente en primavera, es el combatiente. Yo registré una hembra en Llodero junto a varios archibebes comunes.


Además de los limícolas también se registraron sedimentaciones de algunas anátidas por Asturias, entre ellas varias cercetas carretonas Spatula querquedula. Yo registré una hembra en Verdicio.


Y entre las charcas de Coneo y Verdicio se movieron algunos ánades rabudos, que aún permanecen por la zona.




lunes, 1 de abril de 2019

Aviones roqueros en Luanco

El 30 de marzo un pequeño grupo de 4 aviones roqueros Ptynoprogne rupestris volaba por Luanco, en la zona donde se ubica la principal colonia de avión común.


El avión roquero es bastante atípico entre los hirundínidos (golondrinas y aviones) asturianos, ya que permanece todo el año por aquí, sin emigrar a África. Los bandos, fuera de la época de cría, se comportan de forma errática, desplazándose de un lugar a otro en función de la meteorología y el alimento disponible.



En Asturias nidifica por casi todo el territorio. Aunque alcanza sus densidades óptimas en roquedos de montaña, se adapta bien a los acantilados costeros, e incluso aprovecha construcciones humanas como puentes, viaductos o edificios, y hay parejas tanto en ciudades grandes (Avilés) como pequeños pueblos (Salas o Pola de Allande).


En Gozón no tengo constancia de que se reproduzca ninguna pareja, al menos de momento, aunque se observan regularmente en tramos costeros.