miércoles, 29 de enero de 2020

Mariposas en invierno

Un pequeño porcentaje de nuestras mariposas supera el invierno en estado de imago o adulto. En días soleados, y en mayor medida conforme la estación va avanzando, se puede observar alguna de ellas que van recobrando la actividad. Por ejemplo la pavo real Aglais io, de la que controlé un ejemplar en una zona de Gozón al sol el pasado día 25/01, tras prácticamente tres meses sin registrarla.


Al poco rato emprendió el vuelo en persecución de otro ejemplar. La pavo real se reproduce tras despertar de la hibernación.


Otra de las mariposas de las ortiga, que utiliza esta planta como especie nutricia, es la vanesa Vanessa atalanta. Este invierno he podido controlar unos pocos ejemplares, como éste que fotografié el día 12/01. Normalmente requieren que la temperatura alcance cierto umbral, alrededor de los 20ºC.


También son invernantes las mariposas amarillas del género Gonepteryx, aunque se despiertan mucho menos de su hibernación. Normalmente cuando lo hacen dedican la mayor parte del tiempo a alimentarse de néctar, como estas mariposas cleopatra Gonepteryx cleopatra que localicé el día 24/12.


La especie más regular en esta época es la mariposa de los muros Pararge aegeria, que vuela de forma casi continua a lo largo de todo el año. Sin embargo esta temporada está siendo relativamente escasa, quizá porque el otoño fue bastante lluvioso y fresco. El pasado día 25/01 registré un par de ejemplares en una de mis rutas de Gozón.





viernes, 24 de enero de 2020

Fringílidos, invernada en grupo

Los fringílidos son en general aves muy sociales, nidificando incluso en pequeñas colonias donde las parejas se ubican bastante próximas entre sí. Esta sociabilidad aumenta una vez que termina la etapa reproductora y comienza la que podríamos llamar ¨época invernal". Un ejemplo claro es el de los jilgueros Carduelis carduelis, que en invierno se reúnen en bandos de decenas, incluso a veces centenares de individuos.


Esta estrategia de invernar en bandos conlleva algunas ventajas para las especies, las más evidentes son el aumento de la eficacia en la detección de depredadores y en la localización de fuentes de alimento. Los jilgueros que invernan aquí son en parte individuos locales, pero también están compuestos por bastantes ejemplares de origen europeo. A ellos se asocian otros fringílidos menos abundantes en invierno, por ejemplo los pardillos comunes o los verderones, como se aprecia en estas fotografías realizadas en la zona de Nieva, a un bando de unas 250 aves.


Otro ejemplo muy claro de fringílido invernante en grupo es el del jilguero lúgano Spinus spinus, aunque en este caso todos los invernantes tienen un origen europeo. A partir de mediados de otoño y durante buena parte del invierno se pueden ver los grupos de este paseriforme recorriendo los bosques de ribera, alimentándose de su comida favorita, las semillas de aliso.


Los bandos de lúgano se muestran bastante erráticos, aunque si encuentran una buena fuente de alimento pueden permanecer bastante tiempo en el mismo lugar, como el caso de este grupo que tengo localizado en la zona de Iboya, en Gozón.


Además de las ventajas antes citadas, la invernada en grupo puede suponer algunos costes, como ponen de manifiesto algunos estudios. Los costes más importantes derivan del aumento de las interferencias entre los individuos, o incluso del mayor riesgo de transmisión de enfermedades. Pero es indudable que se ven superados por las ventajas que para estas especies supone la invernada social.


Para saber más:

Senar, J.C. & Borrás, A. 2004. Sobrevivir al invierno: estrategias de las aves invernantes en la Península Ibérica. Ardeola 51 (1) 133-168. Madrid

martes, 21 de enero de 2020

Abejorros en invierno

Los abejorros se encuentran entre los pocos grupos de insectos que están activos en invierno. Aún así, no se observan demasiadas especies, la más frecuente en esta época en Asturias puede que sea la que resulta más conocida para todos, que es Bombus terrestris, el abejorro común. Sin embargo hace pocos días, en una jornada soleada de enero, pude contabilizar hasta 5 ejemplares de otra de nuestras especies más comunes, el abejorro de los cardos Bombus pascuorum, todos ellos sobre diente de león.


El ciclo de vida de los abejorros es complejo, pero en esencia ocurre que a finales del otoño desaparecen todos los ejemplares salvo las reinas jóvenes, que tras haberse apareado con los machos entran en hibernación (diapausa) para despertar a comienzos de la primavera siguiente y formar nuevas colonias con sus huevos fecundados.



Es probable que en días soleados, tal como sucede en otras especies de insectos (como las mariposas) las reinas en hibernación se vuelvan ligeramente activas y den unos cuantos vuelos en busca de alimento, lo cual les ayudaría a superar esta etapa. También es posible que en Asturias estas reinas salgan de su hibernación antes que en latitudes más norteñas, donde están hechos la mayor parte de los estudios.


Mencionaba al principio el ejemplo del abejorro común Bombus terrestris. Esta parece ser una especie algo atípica, ya que según diversos estudios estaría activa todo el año en latitudes templadas como la asturiana, y las reinas no hibernarían en invierno sino que formarían nuevas colonias, con lo cual el ciclo se repetiría dos veces a lo largo del año. No parece ser este el caso de Bombus pascuorum, ya que aparentemente todos los ejemplares que se observan en esta época son reinas.





viernes, 17 de enero de 2020

Escribano nival, subespecies

El pasado otoño se pudo registrar en Asturias una llegada bastante inusual, por lo abundante, de escribano nival Plectrophenax nivalis, especie de paseriforme que en los últimos años es bastante escasa. Algunos de ellos se han quedado a invernar, como por ejemplo dos ejemplares que se pueden ver en los labrantíos de la zona de Nieva.



Como se puede comprobar ambos escribanos son claramente diferentes, y es que pertenecen a dos de las subespecies reconocidas para esta especie a lo largo de su área de distribución, que se extiende prácticamente a lo largo de todas las latitudes árticas.



Ambas subespecies son relativamente sencillas de diferenciar, aunque siempre nos podemos servir de algún manual. El ejemplar más claro pertenece a la subespecie nominal, P. nivalis nivalis, que se extiende desde el este de Groenlandia al oeste de Rusia, incluyendo Escandinavia. Es la que se suele observar en Asturias.


El ejemplar más oscuro pertenece a la subespecie P. nivalis insulae, que se encuentra principalmente en Islandia, aunque también en el norte de Escocia y las islas Feroe.


La subespecie nominal es totalmente migradora, y sus áreas de invernada se encuentran al sur de las zonas de cría. Por su parte, la subespecie insulae es migradora parcialmente, y una parte de las poblaciones permanecen en invierno en las mismas zonas donde se reproduce. No suele llegar más allá de las islas británicas, de hecho en Escocia representa alrededor del  80% del total de invernantes y es muy raro que alcance el continente.




Para saber más:

Rik Winter: Snow Bunting: sexing, ageing and subspecies


Banks,K.W., Clark,H., Mackay,I.R.K., Mackay,S.G. and Sellars,R.M. 1991. Origins, population structure and movements of Snow Buntings Plectrophenax nivalis. wintering in Highland Region, Scotland. Bird study, 38: 10-19.


viernes, 10 de enero de 2020

El rey del aire

Hay diversas especies de aves emblemáticas y que se convierten siempre en un símbolo para todos aquellos aficionados a su contemplación y estudio. Entre las rapaces, una de estas aves es sin duda el halcón peregrino Falco peregrinus.


El halcón peregrino pasó por momento muy delicados a mediados del siglo XX en Europa debido sobre todo a dos factores: el uso de venenos y la práctica ilegal de la cetrería. Hoy que estos dos factores se han reducido en gran manera, sin llegar a desaparecer del todo, las poblaciones europeas se han recuperado bastante, contabilizando en los últimos estudios entre 15.000 y 18.000 parejas.


En España no se produjeron las grandes hecatombes que tuvieron lugar en Europa, de hecho llegó a reunir probablemente más de la mitad de la población del continente en aquellos oscuros años. También por eso su situación parece bastante estable, llegando a reunir según los últimos estudios entre 2.500 y 2.800 parejas.


Por su parte, en Asturias se han hecho diversos censos, y aunque los resultados son dispares lo más probable es que tengamos alrededor de unas 150 parejas. La tercera parte aproximadamente anida en los acantilados costeros, y el resto en sistemas montañosos, sobre todo en el oriente (Picos de Europa, sierra del Cuera...) o en el centro (Sierra del Aramo).


En Gozón somos afortunados, contamos con tres parejas de esta emblemática especie repartidas por lugares bien conocidos de nuestro litoral. Ocupan año tras año los mismos enclaves, donde se alimentan sobre todo de las aves migratorias de pequeño y mediano tamaño. En uno de estos enclaves pude realizar las fotos que ilustran esta entrada a comienzos del invierno. Ojalá la inconfundible silueta del halcón peregrino y sus increíbles acrobacias de caza nunca desaparezcan de nuestros cielos.

martes, 7 de enero de 2020

Desplazamientos locales

La temporada invernal queda fuera de las épocas de los grandes movimientos de la avifauna, pero aún así pueden producirse desplazamientos locales, debidos a diversas causas. La más habitual es la existencia de grandes olas de frío, que desplazan grandes contingentes de aves, pero también pueden ser por otros motivos, como los temporales en la mar, o porqué no las molestias humanas.

Por ejemplo en estos primeros días del invierno han aparecido unos pocos ejemplares de chorlitejo grande Charadrius hiaticula en la playa de Bañugues. Esta especie había desaparecido de la playa tras los últimos movimientos migratorios del otoño.



También se ha dejado caer algún zarapito trinador Numenius phaeopus, especie realmente escasa por Asturias en época invernal.



También puede darse el caso contrario, aves que desaparezcan de nuestras zonas de invernada. Así, el pequeño grupo de correlimos oscuro Calidris maritima invernante en Luanco parece haber quedado reducido a un ejemplar solitario.


Sin embargo, lo más habitual es que las aves permanezcan estables en sus lugares de invernada, especialmente si las condiciones se mantienen favorables. Así, un pequeño grupo de vuelvepiedras Arenaria interpres lleva una buena temporada en Bañugues, donde se alimenta de los invertebrados que medran en los acúmulos de algas secas que han quedado sin recoger en la playa.




viernes, 3 de enero de 2020

Currucas, desplazamientos locales

En uno de los transectos locales que realicé este principio de invierno, en el río Magdalena en Avilés, pude apreciar una densidad muy alta de curruca capirotada, de algo más de 30 aves en 1,2 km de bosque de ribera. Todas ellas se encontraban sin excepción comiendo bayas de hiedra, que en estas fechas se encuentran en plena maduración.


Al mismo tiempo, otras zonas de Avilés donde hace pocas fechas eran frecuentes las currucas capirotadas, como los parques urbanos, se han quedado prácticamente vacías. Esto nos indica que las currucas realizan desplazamientos locales en busca de alimento.


Algunos estudios han comprobado que las currucas capirotadas, como seguramente otros paseriformes, llevan a cabo dos estrategias en sus territorios de invierno. Una es la estrategia residente, por la cual permanecen todo el invierno en el mismo lugar, y la estrategia transitoria, por la cual se mueven en busca de comida. Esta última parece ser la mayoritaria, seguida por las 3/4 partes de las aves invernantes.


Hay que resaltar la gran importancia de la hiedra como una planta fundamental en el equilibrio de nuestros ecosistemas, ya que provee de un alimento abundante y accesible en una época en la que las fuentes alimenticias escasean. Además de las currucas, frecuentan mucho esta planta los mirlos y los zorzales. Por eso es totalmente necesario fomentar su mantenimiento y conservación.