lunes, 26 de julio de 2021

Golondrinas, preparándose para migrar

Una estampa muy familiar en estos días de verano en la zona rural asturiana es la de los grupos de golondrina común Hirundo rustica encaramados en los cables de teléfono. Una vez terminada la época reproductiva, y con los pollos del año ya volanderos, nuestras golondrinas se preparan para la migración. La zona de Nieva cerca del faro es una de estas zonas de agrupación.


Estas agrupaciones están formadas tanto por jóvenes como adultos, y cumplen con varias funciones. En primer lugar sirven para que los jóvenes adquieran destreza en el vuelo antes de empezar con la migración. Además, las golondrinas eligen zonas con abundancia de invertebrados para así poder ganar grasa corporal antes de afrontar su travesía. Y además, y no menos importante, sirve para que los jóvenes se familiaricen con el área y así poder volver el año siguiente, los pocos que logren sobrevivir.


Recientemente se ha publicado un artículo que estudia las migraciones de las golondrinas del SO ibérico. Desgraciadamente sobre Asturias casi no se publica nada, aunque por proximidad geográfica podemos suponer que debe ser bastante similar. Así, tras esta concentraciones postreproductoras la migración propiamente dicha comenzaría a mediados de agosto. Tras cruzar a África se produciría la primera parada en el NO de Marruecos, antes de afrontar el cruce del desierto del Sahara, sin duda la etapa más complicada del viaje. Una vez atravesado, realizarían una segunda parada en la zona del Sahel antes de llegar definitivamente al área de invernada, situada en el Golfo de Guinea, a primeros de septiembre. En total un viaje de unos 15 días, aunque hay que suponer que a nuestras golondrinas les llevará un poco más de tiempo.


Este relato tiene su lógica, las poblaciones se distribuyen de manera escalonada, y como las nuestras son las situadas más al oeste de Eurasia es lógico que ocupen el área más al oeste de su amplia zona de invernada. Las golondrinas que veamos a partir de la mitad de agosto serán ya migrantes procedentes de Europa, y seguirán su propia ruta migratoria grabada en su código genético desde hace mucho tiempo.



Para saber más:

C. Lopez-Calderon;  S. Magallanes; A. Marzal ; J. Balbontín . The migration system of barn swallows Hirundo rustica breeding in southwestern Spain and wintering across West Africa. Ardeola. 68, pp. 335 - 354. 19/01/2021.



lunes, 19 de julio de 2021

Libélula tigre, un largo periodo de vuelo

 La libélula tigre Cordulegaster boltonii es una de las más conocidas de la fauna de odonatos asturiana. A ello contribuyen varios factores, en primer lugar por supuesto su aspecto inconfundible. También su hábitat, ya que es una especie propia de los arroyos y regatos, abundantes en Asturies, e igualmente contribuye el hecho de que es una libélula que se posa con relativa frecuencia, en comparación con otras de su mismo tamaño, siempre en posición oblicua y sin tener aparentemente posaderos favoritos. Esta temporada ya he logrado retratar algún que otro individuo en Gozón.



La libélula tigre tiene un periodo de vuelo bastante largo, que va entre los meses de mayo y septiembre, pudiendo registrarse incluso alguna en octubre en otoños cálidos. Éste es el gráfico de abundancia obtenido en la web de Observado Asturias, con casi 200 registros hasta ahora.



Como se observa hay aparentemente dos picos de registros para la especie, uno en julio y el segundo en septiembre. Pero con las libélulas no ocurre igual que con las mariposas, en las que en muchas especies se suceden varias generaciones a lo largo de un año. Esto es así porque el desarrollo de las larvas de odonatos es mucho más lenta, en el caso que nos ocupa puede durar entre dos y tres años. Así, este periodo largo de vuelo se debe a que durante todo este tiempo van emergiendo ejemplares de desarrollo rápido y otros de desarrollo lento. Por ejemplo hace unos días pude observar un macho muy reciente, casi dos meses después de haber registrado las primeras libélulas tigre.


Quiero agradecer por supuesto a todos los que suben sus datos a la plataforma observado.org, y animar a la gente a que haga lo mismo, sus registros servirán al menos para hacer pequeños estudios tan modestos como éste.


miércoles, 7 de julio de 2021

Inicio del paso postnupcial

La migración postnupcial, la que lleva a las aves de vuelta al sur, se suele llamar también otoñal, aunque dista mucho de ocurrir sólo en otoño. De hecho podemos considerar que comienza prácticamente coincidiendo con el verano. ¿Cuándo se inicia realmente? Es difícil decirlo, porque como comenté en una entrada reciente durante buena parte de la primavera se pueden registrar aves "estivales", ejemplares de especies que no crían aquí pero no están aún en verdadera migración.

Un buen indicador pueden ser las aves juveniles, las nacidas este año. Cuando las observamos aquí fuera de su zona de cría muchas veces ya podemos considerar que se encuentran en migración postnupcial, en especial si esta zona de cría está al norte. Una especie muy visible es la gaviota reidora.



Aunque se pueden registrar pequeños grupos de aves adultas o inmaduras de esta gaviota con anterioridad, las juveniles del año suelen aparecer la última semana de junio. Ésta de la foto es mi primer registro de la temporada, el 28 de junio en la ensenada de Llodero. Se puede considerar un buen punto de partida de esta migración.

Ese mismo día también en Llodero pude localizar unos pocos charrancitos Sternula albifrons, empujados a la ensenada por un viento fuerte del oeste. Además de que son muy pequeños (los podemos comparar en la foto con las gaviotas reidoras), la marea se encontraba en bajamar y la luz era deficiente, así que las fotos no acompañan.



Podemos considerar también que estos charrancitos están ya también en migración. No suelen registrarse aves estivales, y sus colonias de cría se encuentran relativamente cerca de nosotros, en las islas británicas y en el oeste de Europa hasta la altura de la Bretaña francesa.



Junto a estos migrantes se encontraba también un buen ejemplo de lo que se puede llamar aves estivales, o no reproductoras, un par de gaviones inmaduros que llevaban por aquel entonces varios días en la ensenada.





lunes, 5 de julio de 2021

Nacarada, una vida curiosa

Buena parte de nuestros insectos pasan por varias fases vitales a lo largo de su vida. Y en muchas de estas especies se producen diversas curiosidades que nos llaman la atención y nos maravillan. Un pequeño ejemplo puede ser la mariposa nacarada Argynis paphia. Esta especie vuela prácticamente durante el verano, desde finales de junio a primeros de septiembre. Ayer día 04 de julio registré mi primer ejemplar, una hembra, en uno de los pocos lugares del concejo de Gozón donde sobre vive.


Es una de nuestras mayores mariposas, pudiendo llegar a los 70 mm. Si comparamos este ejemplar con una hoja de ocalito en el suelo nos podemos hacer una idea.


El hábitat de esta mariposa lo constituyen las orlas forestales arbustivas, donde vive en la penumbra. Sale a los claros a tomar el sol, y también a libar el néctar de las flores, lo cual constituye todo un espectáculo dado su notable tamaño. Esta foto tomada en el mismo lugar corresponde ya al mes de agosto de hace unos años.


Pero vamos ya a la curiosidad de su ciclo vital. Esta mariposa, como casi todas las especies, tiene una planta nutricia de la que se alimentan las orugas, que en este caso es la violeta. Pero la violeta es una planta muy estacional, y ahora ya no hay. ¿Qué hace entonces la nacarada? Pone sus huevos en la corteza de los árboles en los lugares donde vive, de ahí probablemente que haya evolucionado en este hábitat.


Yo tuve la suerte de comprobarlo con la hembra que detecté, que ovopositó en la corteza de un aliso. Por lo visto, seleccionan zonas del árbol que estén más a refugio. Esto lo hacen porque la oruga eclosionará allí a finales de verano, se alimentará ligeramente de los restos de su huevo, e inmediatamente buscará un refugio donde entrará en letargo hasta la próxima primavera.


Una vez que despierte se dejará caer, y procederá a buscar las violetas, que ya estarán en flor y plenamente desarrolladas, para alimentarse de ellas y completar su ciclo vital.

Otra cosa que confirma esta puesta tan temprana es que lo primero que hacen muchos insectos cuando son imagos, es decir adultos, es reproducirse. Es para lo que está diseñada esta fase que es casi siempre la más corta de sus vidas.