El pequeño raitán es uno de los tenores más insistentes de nuestra campiña. Hasta en días nublados como el de hoy se escucha continuamente, mientras que otras especies cantan sobre todo en días soleados o lo hacen en ciertos momentos del día, como el amanecer o el atardecer. Entre las aves que cantaban hoy se encontraba ésta, que se movía por las partes más altas de los pinos.
Esto no es muy habitual, dado que los petirrojos suelen cantar escondidos entre el follaje y aunque es fácil detectarlos por el oído, resulta mucho más complicado verlos. Lo cierto es que resulta muy satisfactorio poder ver a los pajarillos cuando cantan, ya que es la mejor forma de ir quedándose con todos los cantos, algo que al principio parece muy complicado.
Así que aprovechando que este simpático raitán se mostró tan voluntario, le hice algún vídeo. Aquí va uno, se aprecia el tono inconfundible, metálico y melodioso de esta especie.
Y aquí se puede notar como al canto de nuestro pequeño protagonista le responde otro congénere, muy cercano.
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