Todas las entradas que he ido escribiendo acerca de la presencia en nuestro concejo de este precioso pajarín, el mito Aegithalos caudatus, son de los meses de diciembre y enero, en pleno invierno. Es la estación en que es más conspicuo, más visible, pero eso no quiere decir que sea la única época en que puede aparecer. Aunque no tenemos demasiada superficie del hábitat que el mito prefiere para reproducirse, unas pocas parejas crían en áreas adecuadas, con abundancia de sotobosque y arbolado caducifolio. Una de estas zonas es el entorno del embalse de La Granda, donde hoy he podido localizar al primer grupo de la temporada, compuesto por unas 16 aves.
Una vez que finaliza el invierno, en los meses de marzo o abril, los grupos de mito se deshacen y las parejas van ocupando las zonas de cría. La reproducción de esta especie es algo dilatada, ya que los nidos son muy elaborados y los mitos tardan tiempo en construirlos. En esta época son más difíciles de ver ya que se vuelven muy discretos, aunque se pueden escuchar sus reclamos. Una vez los pollos abandonan el nido y son independientes se unen a sus padres y forman esos bonitos grupos que recorren la campiña en otoño e invierno.
En estos grupos participan también adultos que no son los padres pero que han ayudado a éstos en la cría de los pollos. Este tipo de cría colaborativa se da porque en las primeras fases de la cría, antes de la eclosión de los huevos, muchos nidos son depredados, y los adultos responsables de estos nidos prefieren ayudar a sacar adelante a los pollos de otra pareja antes de intentar una segunda puesta.
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