Los meses centrales del verano, julio y agosto, son los óptimos en Asturias para la observación de odonatos. Es la temporada en que se registran más especies, y aunque algunas de ellas son muy exclusivas y de distribución restringida, otras son generalistas y se pueden ver en cualquier paseo que hagamos junto a cualquier arroyo o regato.
Sin duda la especie más frecuente y con la que más a menudo nos podemos cruzar es un zigóptero o caballito del diablo, Calopteryx virgo. Este odonato se dispersa por la vegetación de los medios acuáticos donde vive, siempre que la vegetación lo permita. Así, en un tramo de bosque de ribera que suelo frecuentar, de unos 500 m. de longitud, pude contar más de 50 ejmplares.
En los regatos costeros de Asturias convive con la anterior especie un pariente suyo, el caballito del diablo Calopteryx haemorhoidalis. Este es un zigóptero más exigente, ya que necesita una buena cobertura de plantas acuáticas. En Asturias se ha descrito la subespecie asturica, con algunos rasgos morfológicos exclusivos.
Otra especie de zigóptero relativamente común en el borde de los regatos y arroyos, aunque ya deberemos poner algo más de atención para localizarla, es el rojo Pyrrhosoma nymphula. Tiene un periodo de vuelo bastante largo, desde finales de marzo hasta agosto.
Ya en cuanto a verdaderas libélulas, o anisópteros, la más extendida es sin duda la azul Orthetrum coerulescens. Junto a cualquier arroyo, por pequeño que sea, seguramente toparemos algún macho, que permanecen siempre cerca del agua.
Qué precioso paseo, Pin.
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