El temporal del oeste que hemos tenido esta semana ha obligado a algunas de las aves marinas que están en migración postnupcial a acercarse a la costa, incluso a reposar temporalmente en las playas y ensenadas. Entre las que son más sensibles a estos fenómenos meteorológicos se encuentran varias especies de charranes. Así, en la playa de la Ribera de Luanco, y con la marea casi en pleamar, pude localizar un juvenil de charrancito Sternula albifrons pescando y posado en la arena.
Por su parte, en la playa de Xagón un bando de 16 charranes patinegros Sterna sandvicensis, compuesto por aves adultas y jóvenes del año, se encontraba también sedimentado en la orilla.
Precisamente esta misma semana un grupo de ornitólogos teníamos un más que interesante debate sobre los cambios que ha experimentado la migración otoñal de diversas aves marinas en los últimos años. A mi juicio parece claro que las cifras de grupos como los mismos charranes, pardelas o págalos han disminuido una barbaridad en nuestra zona, es decir en la costa central de Asturias.
Dado que en otras áreas los números no parecen disminuir sino que se mantienen o incluso aumentan, parece que hemos quedado fuera de las rutas migratorias del grueso de estas especies. Las razones pueden ser varias, es probable que tengan que ver con una reducción importante de sus fuentes de alimento, es decir, los peces de pequeño y mediano tamaño.
Hace años no era raro que con ocasión de estos temporales grupos importantes de charrán patinegro, de decenas o a veces cientos de ejemplares, se adentrasen en lugares protegidos de la costa como la ensenada de Luanco para resguardarse. Hoy esto cada vez es menos habitual, y sólo se observan ejemplares aislados o pequeños grupos como el que localicé en Xagón.
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