La climatología reinante es muy favorable para la migración de paseriformes, con un anticiclón instalado en el continente europeo que favorece su partida. De tal manera, estos días últimos se viene registrando buena sedimentación en bastantes zonas del litoral de diversos migrantes transaharianos, a la vez que llegan las primeras especies invernantes. Pero recordemos que no sólo emigran las aves.
Este tiempo anticiclónico también favorece el desplazamiento de las nuevas generaciones de mariposas carderas Vanessa cardui hacia sus zonas de invernada en el sur. Se trata de nuevos ejemplares, muy frescos, nacidos a finales del verano en latitudes norteñas, que van de vuelta para completar el ciclo vital de la especie, descendientes de aquellas que pasaban hacia el norte en abril y tal vez de la generación que nacía en nuestras latitudes a principios del verano.
Hoy he podido localizar en Zeluán un pequeño grupo de 6 ejemplares libando de la planta invasora de origen americano Dittrichia viscosa, que está en plena floración y ha colonizado extensas zonas del litoral. Tras recuperar fueras seguirán hacia el sur, hay que recordar que está especie no entra en diapausa invernal y que necesita reproducirse de forma continua, de ahí sus extensos viajes de miles de km a través del Hemisferio Norte.
Muy interesante; siempre se me olvida que estas mariposas son migradoras. Ayer localicé varios ejemplares de Vanessa atalanta (además de una Esfinge colibrí) frente a la isla de La Deva, a pesar del frío que hacía por la mañana temprano, y hoy vimos unas cuantas más en el eucaliptal de Rodiles. Me pregunto cuánto vivirá una mariposa de estas; supongo que algo más que las sedentarias, con un ciclo vital tan corto...
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