Este grupo recorría la arena de la playa en la línea más cercana a la pleamar, picoteando de forma incansable entre los restos de marea.
Profundamente intrigado fui a dar un vistazo a la línea de marea y encontré la respuesta. La encontré llena de inflorescencias de aliso o humero, árbol que en esta época se encuentra en plena floración. Estas inflorescencias caen al arroyo y son arrastradas a la playa aún frescas, una vez allí los jilgueros aprovechan su plasticidad ecológica para alimentarse de ellas.
Recuerdo verlos en Bañugues en los charcos entre las piedras con la marea baja como si fueran limicolas. Un saludo Pin
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