En esta especie las aves jóvenes son más llamativas que las adultas, en especial en vuelo, ya que las coberteras oscuras forman un precioso y característico dibujo en zig-zag.
Dos rasgos anatómicos llaman la atención en esta gaviota. Lo primero, la ausencia total o casi total del dedo pulgar, a diferencia de otras especies, lo que le da su apelativo en español. Lo segundo, lo paticorta que resulta, una adaptación a la vida que llevan y que comparten con otras aves marinas, como los charranes.
La gaviota tridáctila es un ave pelágica, ya que durante buena parte del año vive en mar abierto, alimentándose de plancton e invertebrados marinos que captura en la superficie del agua. Sólo se acercan a tierra para reproducirse, ubicando su nido en cortados rocosos y paredes verticales del litoral. Tras la cría se dispersan por mar abierto, acercándose a la costa únicamente con ocasión de fuertes temporales. Las gaviotas tridáctilas se registran en Asturias sobre todo entre noviembre y febrero.
El ejemplar que pude observar hoy se encontraba integrado en un grupo de gaviotas reidoras, precisamente se registraba paso al oeste de pequeños bandos de ambas especies.
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