sábado, 8 de diciembre de 2018

Currucas capirotadas invernantes

La curruca capirotada Sylvia atricapilla es una de las especies más frecuentes de nuestra avifauna. En época reproductora se hace notar por cualquier lugar que presente un mínimo de arbolado, sin importar la altitud. Pero al ser la asturiana una población parcialmente migradora, una parte de las aves nidificantes se van a otras áreas al llegar el otoño, pero otra porción se queda aquí, sobre todo en zonas bajas.





Las currucas cambian su dieta en esta estación, dado que en época reproductora se alimentan sobre todo de invertebrados, mientras que en otoño e invierno lo hacen de frutos y bayas carnosas. De éstas pueden aprovechar una gran variedad, desde especies autóctonas como el espino albar o el tejo, hasta  especies ornamentales como el Cotoneaster  o el palosanto.



Además de las currucas autóctonas, en Asturias recibimos una proporción de las poblaciones migrantes de las islas británicas y el oeste de Europa, según demuestran los estudios de anillamiento. Aunque estas aves invernantes se dirigen sobre todo a áreas con mayor disponibilidad de alimento en invierno, como el sur de la Península Ibérica y sus extensos olivares.


Los números de aves invernantes parecen haber ido en aumento en los últimos años, debido probablemente a que los inviernos cada vez son más templados. Muchas de ellas se concentran en los parques y jardines urbanos, donde disponen de buenas fuentes de alimentación, por ejemplo los parques de Avilés donde han sido recogidas las fotos y el vídeo que ilustran esta entrada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario