lunes, 11 de enero de 2021

Una pareja de cuervos

Una pareja de cuervo Corvus corax, o cuervo grande como se denomina ahora a esta especie, cruza los cielos de la playa de Xagó, cerca de los acantilados. Este es su hábitat preferido en el concejo, donde ubican sus nidos las pocas parejas que aquí encontramos.

El cuervo pertenece a la familia de los córvidos, que son los paseriformes de mayor tamaño, y además es el mayor de todos ellos, por lo que podemos decir que se trata de nuestro pájaro más grande. A veces se confunde con el otro córvido negro, la corneja, pero se diferencia por el tamaño, por su reclamo, que es un graznido ronco, y porque en vuelo presenta la cola en forma de cuña.


El cuervo se extiende potencialmente por toda Europa, pero en varios países está asociado con la magia negra y el diablo, y durante largo tiempo fue duramente perseguido en muchas zonas, hasta llegar a extinguirlo. Por eso su área de distribución actual presenta grandes extensiones donde está ausente, en especial en el oeste del continente y las islas británicas. Sin embargo, de acuerdo con los datos disponibles no parece estar en peligro, sumando un total de entre 600.000-1.100.000 parejas, de las cuales entre 1.000 y 2.000 serían asturianas, de acuerdo a las cifras del Atlas de Aves Nidificantes de la COA.


Los cuervos anidan normalmente en paredes rocosas, bien de la costa bien de la montaña, y se emparejan de por vida, cuya duración media es de 10-15 años. Una vez que un miembro de la pareja muere, el otro busca un reemplazo, y juntos anidarán en idéntico lugar, por eso ocupan las mismas áreas a través de los años. Normalmente se observan en parejas, aunque una vez que termina la época reproductora pueden formar concentraciones, que en Asturias son más frecuentes en la montaña. A lo largo de los últimos años se han adaptado a la presencia humana, construyendo nidos en grandes construcciones y árboles de gran talla, en especial pinos, por eso sus poblaciones han aumentado.






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