viernes, 23 de abril de 2021

Pajarillos de campiña abierta

 La campiña de Gozón, sobre todo la más pegada a la rasa costera, está formada por terrenos abiertos, ocupados por prados de siega o labrantíos que más avanzado el año se convierten en plantaciones de maíz. Estas zonas en época de cría están ocupadas por una fauna de pajarillos peculiar, que a estas alturas ya va tomando forma, como atestiguan estas fotos tomadas en las últimas fechas.

Uno de los elementos más peculiares es el escribano triguero Miliaria calandra, que desde las ramas y posaderos altos emite su peculiar y chirriante canto. Es un visitante estival que llega en marzo.


Otro visitante estival es la lavandera boyera Motacilla flava. Aquí cría la subespecie ibérica, y a estas alturas ya casi todos los machos han llegado y han ido ocupando sus territorios.



Y un pariente de esta última, también visitante estival y que precisa de algo de arbolado para refugiarse y emitir su canto, muy bonito por cierto, es el bisbita arbóreo Anthus trivialis.


En cuanto a las aves sedentarias que están aquí todo el año destaca por supuesto la tarabilla común Saxicola torquata. Siempre en parejas, y en algunas zonas con tan alta densidad que los machos se ven obligados a defender sus territorios.



Especie anual y muy llamativa por su peculiar canto que emite sin cesar desde el aire es la alondra común Alauda arvensis, que en esta época luce una preciosa cresta.


Entre los fringílidos es llamativa la presencia del verderón común Carduelis chloris, que aunque habita la campiña abierta también necesita de algún arbolado para anidar. Desde allí emite su canto, uno de los sonidos de la primavera en nuestra campiña.



Otro fringílido, el pardillo común Carduelis cannabina, habita las zonas de tojar, donde forma pequeñas colonias, es una especie muy gregaria.


Y ya por fin, cómo no, nuestro amigo gorrión, presente tanto en zonas urbanas como rurales, siempre cerca de ambientes humanizados. Ya están atareados recogiendo el material con el que fabricarán el nido, siempre en los tejados, bajo los aleros, en los huecos de las tejas, donde encuentren un sitio.





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