domingo, 5 de junio de 2022

Pagazas piconegras por Llodero

El pasado día 01/06, mientras estaba disfrutando de la migración de aves limícolas en la ensenada de Llodero, un grupo de 12 pagazas piconegras Gelochelidon nilotica sedimentó en dicha ensenada, pudiendo contemplarles durante un buen rato. 


La pagaza piconegra es una especie con presencia en buena parte del globo, pero al mismo tiempo con una distribución muy fragmentada. En Asturias tradicionalmente era considerada una migrante postnupcial, que se veía sobre todo en migración activa mezclada con los bandos de charrán, siendo mucho más escasa en primavera. Esto empezó a cambiar en la última mitad del siglo XX.




Las aves que se veían por Asturias procedían de las colonias del norte de Europa, con varios cientos de parejas, ubicadas en el Mar de Wadden, a caballo entre Holanda, Alemania y Dinamarca, en especial de este último país. Pero a mediados del siglo XX como digo, y en especial a partir de los años 70, estas colonias sufrieron un marcado declive. La especie prácticamente ha desaparecido a día de hoy de Holanda y Dinamarca, y únicamente sobreviven varias decenas de parejas en la parte alemana de este inmenso humedal. Como consecuencia la pagaza piconegra practicamente ha dejado de observarse en Asturias en migración.


Por el contrario, en la Península Ibérica la pagaza piconegra ha experimentado un auge poblacional. Así en la actualidad podrían criar aquí entre 7.000 y 8.000 parejas, prácticamente la mitad del total europeo. Este aumento se debe tanto al afianzamiento de colonias tradicionales como la aparición de algunas nuevas. De estas colonias nuevas algunas se ubican en la submeseta norte, siendo la más numerosa la de la láguna de Villafáfila. Sin embargo, estas zonas están sometidas a un gran estrés hídrico, y en años de sequía las pagazas piconegras no llegan a criar, dispersándose por las zonas de alrededor. Este es el origen del grupo de pagazas observado en la ensenada de Llodero.

Aunque parientes de los charranes, las pagazas están casi imposibilitadas para pescar, y cuentan con otras formas de alimentación. Durante el rato que yo las observé en Llodero pude registrar como perseguían a algunas limícolas para robarles la comida, por ejemplo un archibebe común.


Para saber más:

Sánchez J. M., Muñoz del Viejo A., Corbacho C., Costillo E. & Fuentes C., 2004a– Status and trends of Gull-billed Tern Gelochelidon nilotica in Europe and Africa. Bird Conservation International, 14: 335–351.



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