Esta tarde, en ruta de Avilés a Luanco en compañía de Marián, Piluca y Nacho, nos detuvimos a la altura de Viodo al avistar una buena concentración de entre 300 y 400 gaviotas sedimentadas en un prado recién regado con purines. Al pararnos pudimos localizar una especie inusual tierra adentro, un archibebe claro Tringa nebularia que se alimentaba en un pequeño encharcamiento.
No resulta descabellado pensar que el archibebe tal vez se viera arrastrado por el gran grupo de gaviotas desde la cercana ensenada de Zeluán, donde inverna un pequeño grupo.
De repente, todo el grupo de gaviotas, y el archibebe con ellas, se levanta, ¿qué puede suceder?
La respuesta la obtenemos mirando hacia arriba, y es la que esperábamos, un ejemplar de halcón peregrino Falco peregrinus prospectando la zona en busca de una presa.
Poco antes nos había ocurrido lo mismo en Zeluán, y es que como ya comenté hace unos días en estas fechas los halcones son más visibles y quizá más numerosos, es probable que hayan llegado invernantes de otras zonas.
Al poco rato las gaviotas se posaron de nuevo, pero no el archibebe. Quizás creyó que entre tanto bicho grande él podría ser la presa más probable.
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