En mi inspección costera de ayer en la playa de Xagó en busca de álcidos orillados me encontré una especie mucho más inusual: un fulmar boreal Fulmarus glacialis. En este caso creo que no hace falta más que ver la foto para descubrir la causa de su muerte.
Totalmente enredada en cuerdas de pesca, se puede reconocer gracias al pico, de un aspecto inconfundible. Afortunadamente el fulmar es una de las especies de aves marinas que parece haber incrementado su población, aunque en aguas del Cantábrico nunca es muy abundante. Los accidentes con artes pesqueras siempre han supuesto una componente importante de su mortalidad.
Menuda semanita llevamos de ver bichos con cuerdas alrededor. La "pesca sostenible".
ResponderEliminarEl caso de los cetáceos es especialmente sangrante Iván.
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