A finales del mes de julio prospectando odonatos en la zona de Budores, en Verdicio, un buen emplazamiento dentro del concejo de Gozón para localizarlos, una libélula de las grandes llegó volando y se posó justamente donde yo me encontraba, en una rama de sauce Salix apricaria. Con un diseño corporal en tonos verdes y negros muy característico y grandes ojos verdes había pocas dudas al respecto, se trataba de un macho de Boyeria irene.
Poco imaginaba yo entonces que había contado con la suerte del novato. Aunque he vuelto a localizar a esta especie en otros dos enclaves del concejo no he podido hacerle más fotos en condiciones. Y eso se debe a sus costumbres, ya que esta libélula prefiere los tramos de ríos y arroyos con presencia de alisos o sauces, gustando posarse en las ramas altas, entre las sombras. Vamos, justamente tal como había hecho el precioso macho que hizo para mí los honores.
Los otros ejemplares que localicé fueron sobre todo libélulas en vuelo. Por lo que he podido ver, le gusta volar a poca distancia de la superficie del agua, prospectando pequeños tramos de arroyo de manera repetida y con frecuentes quiebros de dirección. Aquí se ve una en un tramo del río Vioño en Maqua.
Suerte que aquí hay muy pocas libélulas con las que se pueda confundir y que aunque en lugar de foto nos salga un borrón hay rasgos inequívocos que nos permiten identificarla. Estos son básicamente el diseño del abdomen, a círculos negros y verdes, los dos últimos segmentos , que no tienen marcas y destacan claramente en vuelo, y el escaso grosor del abdomen en comparación con el torax, al cual parece unido como un alfiler.
Además de preferir las zonas de sombra para descansar, a esta libélula le atraen las horas crepusculares para ejercer el vuelo, quizá por eso los ingleses la llaman "western spectre", o espectro del oeste.Con una distribución muy restringida, limitada básicamente a la Península Ibérica, Francia, Italia y el norte de África, esta es sin duda uno de nuestros mayores tesoros en materia de odonatos.
Pues vaya suerte, porque no son frecuentes.
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