Ayer comentaba acerca de la aparición de un ejemplar de ostrero en la playa de Bañugues. La migración postnucpial de las aves limícolas es un fenómeno muy dilatado en el tiempo, ya que dura más o menos 5 meses. Los primeros se observan ya a finales de junio y los últimos en la segunda quincena de noviembre, por lo general.
Este mes de noviembre aparte del ostrero de ayer se han visto unos pocos limícolas migrantes. Alguno de ellos llevan ya varios días, por lo que pueden haberse quedado ya a invernar. Por ejemplo un pequeño grupito de 5 chorlitejos grandes Charadrius hiaticula que arribó a primeros de mes.
Otras temporadas los primeros invernantes se quedaban ya en octubre, pero este año no ha ocurrido así. Con los chorlitejos llegó también un correlimos común Calidris alpina que permanece de momento asociado a ellos.
También a principios de noviembre pude anotar un par de correlimos tridáctilos Calidris alba que permanecieron un par de días, esta especie casi nunca inverna en Bañugues.
Por el contrario, una especie de la que todos los años invernan varios ejemplares es el andarríos chico Actitis hypoleucos, y esta temporada no es una excepción, con 3 aves ya desde el mes de octubre.
Y una especie que aún no había detectado este otoño es el chorlito gris Pluvialis squatarola; hoy pude ver el primero. Se trata de un juvenil, al pobrecillo le faltaba una pata, yo diría que ya nació sin ella. Ya tiene mérito haber podido crecer y viajar una distancia tan enorme con un defecto físico tan notable. No dejan de asombrar estos pequeños animales y su capacidad de supervivencia.
Parece que se va animando poco a poco la cosa en números y variedad...
ResponderEliminarUn saludo amigo!!
Poco a poco Juan, a ver si coincidimos un día...
EliminarUn abrazo