Desde mi punto de vista los dos grandes espectáculos ornitológicos de los que podemos disfrutar en Gozón son, por un lado, la migración otoñal de aves marinas, y por el otro la migración primaveral de limícolas. La primera, con sus vaivenes y sus momentos álgidos, es muy dilatada en el tiempo; la segunda está bastante constreñida al mes de mayo, pero es algo de lo que merece la pena disfrutar.
A mí personalmente me encanta observar con calma a estos pequeños pájaros en las playas, con su plumaje nupcial completo, con sus incesantes reclamos buscando alimento de un lado a otro. Me asombra pensar en los increíbles viajes de miles de km que realizan cada año para reproducirse, y que en medio de estos grandes periplos elijan nuestras playas y ensenadas como punto de descanso para detenerse y reponer fuerzas.
Hoy, ya casi terminando abril, ha sido el primer día que he podido localizar en Bañugues un número interesante de limícolas, dando arranque al gran mes de su migración, que como ya he dicho es el mes de mayo. Los principales protagonistas, los chorlitejos grandes Charadrius hiaticula, de los que había algo más de 40 ejemplares.
Las otras dos especies mayoritarias en este paso son el correlimos común Calidris alpina y el correlimos tridáctilo Calidris alba. En números más escasos, irán ganado protagonismo conforme avance el mes de mayo.
Junto a ellos, al igual que señalé ayer en Llodero, van asomando también las agujas colipintas Limosa lapponica.
Estas y otras especies harán que merezca muy mucho la pena asomarse a la costa durante el próximo mes.
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