Con su sempiterna manía de posarse siempre al descubierto en zonas despejadas, no cabe duda que la tarabilla europea Saxicola rubicola es la especie de ave más conspicua del invierno gozoniego. En esta época las aves ya han completado la muda, y son plenamente reconocibles, distribuyéndose siempre por parejas, por un lado los machos...
y por otro las hembras.
Esta ubicuidad de las tarabillas se hace especialmente presente en los espacios abiertos con escasa variabilidad de hábitats, como las dunas o los brezales. Un ejemplo de ello es el brezal de Cabo Peñas, donde resulta complicado localizar otras especies, como pude comprobar una vez más este fin de semana, por eso yo lo llamo para mí "el país de las tarabillas.". Utilizan para posarse cualquier percha que les ofrezca una visión del entorno, como las ramas secas de hinojo, ramas de pino, tojos, brezos, etc etc. etc.
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