Un par de charranes patinegros Thalasseus sandvicensis se adentró el pasado día 19 de octubre en la bahía de Luanco, para descansar unos minutos de su viaje migratorio en las rocas de la playa de la Ribera. Durante este pequeño intervalo de tiempo pude hacerles unas cuantas fotografías.
El charrán patinegro nidifica en playas arenosas o islas bajas de Europa Occidental, desde el sur de Francia hasta el Mar Báltico, incluyendo las islas británicas. También se encuentra en el Mediterráneo y los mares Negro y Caspio. Su número de parejas en Europa oscila entre 80.000 y 160.000.
Hasta hace unos años el charrán patinegro era una especie abundante en el paso migratorio postnupcial en Asturias, especialmente en los meses de septiembre y octubre. Cada temporada se contabilizaban varios miles de aves, se alcanzaban máximos cercanos a las 1.000 aves/hora en los días de picos migratorios, en los cuales se podían ver bandos cercanos a las 100 aves. También era habitual que en jornadas de temporal se refugiasen en las bahías y ensenadas por decenas, a veces cientos.
Sin embargo, en las últimas temporadas sus cifras han sufrido un verdadero desplome, y se han vuelto muy escasos, al igual que el resto de charranes. ¿Por qué ha ocurrido esto? Los estudios realizados sobre sus poblaciones europeas, como las del Wadenzee, no reflejan un declive de las mismas, sino más bien un ligero crecimiento. Por tanto cabe deducir que sus rutas migratorias han variado, y quizás atraviesan el Golfo de Vizcaya de forma directa, sin costear. En ello quizá influye la casi total ausencia de fuertes temporales de oeste y noroeste en estos últimos años a principios del otoño.
Como siempre, interesantísima entrada.
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