La primera mitad del otoño es buena época para localizar sírfidos, esas bonitas moscas con aspecto de himenópteros, que recuerdan a abejas o avispas. Son habituales los días soleados, donde podemos apostarnos a la caza fotográfica de estos insectos tan bellos como beneficiosos, siempre cerca de las matas floridas. Todos los que siguen los he podido retratar en Gozón durante la primera mitad de octubre.
Así, no es difícil localizar al inconfundible Epysirphus balteatus, una especie que vuela durante todo el año, cuyo abdomen con bandas naranjas es muy característico, como bien se aprecia en este macho.
También inconfundible es Scaeva pyrastri, con un llamativo tono negro azabache, como bien delata esta hembra. Al igual que la anterior, se trata de una especie migradora.
Otro sírfido que se puede encontrar prácticamente todo el año, aunque no sea muy abundante, es la especie de ojos facetados Eristalinus aeneus.
La mayor de todas las especies es Milesia crabroniformis, que recuerda a un avispón. Vuela desde agosto, y en la primera mitad de octubre se localizan los últimos ejemplares de la temporada. En esta época le atraen las flores de la hiedra.
Inconfundible por su aspecto como de goma es la especie Xanthogramma pedissequum, con un largo periodo de vuelo entre la primavera y el otoño.
Pero en ésta, como en cualquier otra época del año, los más numerosos son los sírfidos del genero Eristalis, entre los cuales podemos reconocer la especie Eristalis pertinax por sus tarsos amarillos.
A mi juicio es el de los sírfidos uno de los grupos de insectos que están sufriendo un retroceso más acusado. Los detecto en mucho menor número que hace unos años, y hay varias especies antes comunes que últimamente no consigo localizar.
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