viernes, 24 de enero de 2020

Fringílidos, invernada en grupo

Los fringílidos son en general aves muy sociales, nidificando incluso en pequeñas colonias donde las parejas se ubican bastante próximas entre sí. Esta sociabilidad aumenta una vez que termina la etapa reproductora y comienza la que podríamos llamar ¨época invernal". Un ejemplo claro es el de los jilgueros Carduelis carduelis, que en invierno se reúnen en bandos de decenas, incluso a veces centenares de individuos.


Esta estrategia de invernar en bandos conlleva algunas ventajas para las especies, las más evidentes son el aumento de la eficacia en la detección de depredadores y en la localización de fuentes de alimento. Los jilgueros que invernan aquí son en parte individuos locales, pero también están compuestos por bastantes ejemplares de origen europeo. A ellos se asocian otros fringílidos menos abundantes en invierno, por ejemplo los pardillos comunes o los verderones, como se aprecia en estas fotografías realizadas en la zona de Nieva, a un bando de unas 250 aves.


Otro ejemplo muy claro de fringílido invernante en grupo es el del jilguero lúgano Spinus spinus, aunque en este caso todos los invernantes tienen un origen europeo. A partir de mediados de otoño y durante buena parte del invierno se pueden ver los grupos de este paseriforme recorriendo los bosques de ribera, alimentándose de su comida favorita, las semillas de aliso.


Los bandos de lúgano se muestran bastante erráticos, aunque si encuentran una buena fuente de alimento pueden permanecer bastante tiempo en el mismo lugar, como el caso de este grupo que tengo localizado en la zona de Iboya, en Gozón.


Además de las ventajas antes citadas, la invernada en grupo puede suponer algunos costes, como ponen de manifiesto algunos estudios. Los costes más importantes derivan del aumento de las interferencias entre los individuos, o incluso del mayor riesgo de transmisión de enfermedades. Pero es indudable que se ven superados por las ventajas que para estas especies supone la invernada social.


Para saber más:

Senar, J.C. & Borrás, A. 2004. Sobrevivir al invierno: estrategias de las aves invernantes en la Península Ibérica. Ardeola 51 (1) 133-168. Madrid

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