viernes, 25 de marzo de 2022

Ánade rabudo, una parada

Sigue transcurriendo la migración prenupcial de anátidas por Asturias, y aunque no se observan en grandes cantidades sí nos permiten su contemplación en su precioso plumaje nupcial. Las circunstancias climatológicas son las que obligan a estas aves a detenerse, como ocurre con otras que también están migrando. Así, un fuerte viento de componente este hacía posible que pudiera registrar un grupo de 8 ánades rabudos Anas acuta en el pantano de La Granda el día 24/03.



Hace poco comentaba a partir de la observación de otro grupo, en este mismo enclave, acerca de la migración del pato cuchara, y lo cierto es que el caso del ánade rabudo es bastante similar. Con una distribución que ocupa buena parte del Hemisferio Norte, presenta varias rutas migratorias. En el caso del Paleártico Occidental, que es la que más nos interesa, y como en el caso del cuchara, parece haber dos subpoblaciones: la que inverna en el oeste de Europa, que se reproduce sobre todo en los países nórdicos e Islandia, y la que inverna en la zona mediterránea y oeste de África, que procedería sobre todo de Rusia.


Esta segunda subpoblación es 10 veces mayor a la primera, y podría estar en torno a las 750.000 aves, de las cuales prácticamente la mitad pasan el invierno en los humedales del oeste de África, una cifra realmente importante. Su vuelta a los cuarteles de cría transcurre entre febrero y abril, con máximos en marzo, que es el mes en que mayores posibilidades tenemos de verlo aquí en Asturias en esta época.






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