Una de las imágenes que para mí mejor representa al invierno en el mundo de las aves, por lo menos en Asturias, es la de un bando de lúganos Carduelis spinus desplazándose en busca de alimento. El viernes pasado, 30 de noviembre, localicé mi primer bando de lúganos de la temporada en el concejo de Gozón, un grupillo de unas 35 aves en los alisos de la desembocadura del arroyo La Cabaña, junto a la playa de Bañugues. Entre ellos y yo, un buen montón de ramas, así que como sólo estuvieron por allí un par de minutos sólo pude medio sacar un par de fotos a una hembra.
El lúgano es un precioso fringílido de tonos amarillos y verdes, muy gregario en esta época, en la que forma estos bandos de mediano tamaño que se mueven invariablemente por las zonas de bosque de ribera. Y es que las semillas de aliso constituyen casi su único alimento invernal, convirtiéndose así en un ave muy especializada y eficaz. Sin embargo para la cría prefiere los bosques de coníferas o mixtos, alimentándose de una mayor variedad de semillas. Nidifica en buena parte del norte de Europa y oeste de Asia, donde es muy numeroso, la mayor parte de las poblaciones se desplaza al oeste en invierno.
Como otros fringílidos, el lúgano presenta un comportamiento irruptivo, y hay años en que es numeroso por todas partes. Esas temporadas de abundancia se suele quedar a criar aquí alguna pareja.
Junto a los lúganos observé también un grupillo de 10 mitos Aegithalos caudatus. El mito, aunque no es un párido tipo carbonero o herrerillo, presenta un comportamiento similar al de éstos, y en otoño es divagante, con grupos familiares que se mueven de un lugar a otro en busca también de comida.
El mito es probablemente una de los pajarillos con mayor variabilidad morfológica que existe. Probad a poner Aegithalus caudatus en google, dadle a imágenes y os saldrán desde aves con la cabeza a blanca a otos muy oscuros; de plumaje gris u ocre, etc...El que tenemos en Asturias tiene características muy definidas, con escapulares ocráceas, una gran ceja negra en la cabeza y las mejillas muy rayadas de oscuro. Pertenece a la subs. Aegithalus caudatus taiti.
El mito es muy escaso en época de cría en Gozón, con un puñado de parejas diseminadas por el municipio, pero es más fácil de observar en otoño e invierno. Mi impresión personal es que ha ido en aumento, hace años era muy raro ver un grupillo de mitos y ahora es más habitual, este año ya he visto unos cuantos.
Alguna ventaja tenía que tener el invierno con bandos de lúganos y grupo de mitos esperando ser fotografiados...o al menos eso es con lo que muchos soñamos.Un saludo
ResponderEliminarY este invierno tiene buena pinta, con los ampelis y picogordos que ya se han visto...a mí el lúgano es un pajarín que me encanta, entre otras cosas por lo ligado que está a las alisedas. Un saludo
ResponderEliminarLos lúganos son preciosos, aunque a veces tienes a un centenar (a mí me pasó) comiendo sobre tu cabeza y ni te das cuenta, los mitos al contrario son muy prestosos por su costumbre de delatarse facilmente con sus reclamos en familia. Cuando viajan asociados a los páridos ya es la gloria.
ResponderEliminarAdemás los mitos son más vocingleros y reclaman mucho llamándose unos a otros. Un bando de páridos y lúganos en una aliseda es una delicia y una de las escenas que más me recuerda al invierno. Un saludo
EliminarMuy guapos los Luganos!!
ResponderEliminarestuve fijándome en el arroyo y en los árboles de alrededor y no vi nada especial.
Hace un par de años hubo movimiento de ellos bastante bueno y recuerdo lo que me prestaba levantarme por el ruido que producían cada vez que llegaban y se alimentaban en el árbol de enfrente.
un saludo!!
Es que en esa zona hay muy pocos alisos, el verlos fue una verdadera casualidad, hay más bosque de ribera tierra adentro. A ver qué tal transcurre este invierno. Un saludo compañero
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