domingo, 10 de noviembre de 2013

Fugazmente, un tarro blanco.

Esta mañana mi amiga Pilar y yo visitamos el puerto nuevo de Luanco a ver si teníamos suerte y avistábamos al martín pescador por la zona. Al poco de llegar, y mientras un fuerte chubasco se acercaba por el oeste descubrimos una anátida de color blanco dando un par de vueltas en vuelo antes de posarse en el agua. Se trataba de un tarro blanco Tadorna tadorna, probablemente hembra o juvenil, al que pudimos ver de manera fugaz antes de que el chubasco llegase y nos echara definitivamente.



El tarro blanco es un ave curiosa e inconfundible, a medio camino entre ganso y pato. Se encuentra bastante extendida por Eurasia, aunque las poblaciones presentan comportamientos diferentes. En el oeste de Europa, donde vive asociada a medios litorales, es básicamente sedentaria, y sólo las poblaciones más norteñas presentan un carácter migrador. El límite sur de invernada se halla normalmente en el oeste de Francia, y al norte de la Península sólo llegan individuos aislados.


Por eso, aunque sea de forma fugaz, resulta una alegría ver a esta anátida tan escasa en Asturies. Después que pasó el chubasco y regresamos a ver si estaba, por supuesto ya no la pudimos localizar. Las fotos de la entrada están hechas por ambos.


Por cierto, a continuación me encontré en la ensenada de Moniello con unos compañeros de Málaga que habían venido hasta Gozón a observar la migración de aves marinas. Me comentaron que a lo largo de la mañana habían visto entre 15 y 20 tarros en migración, lo cual debe ser un dato sin precedentes en aguas asturianas (excepto en olas de frío).







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