Para buscarla, mejor al alba o al ocaso

Qué le vamos a hacer, no he podido resistirme al sencillo juego de palabras, y es que para buscar a la buscarla pintoja Locustella naevia los mejores momentos son el amanecer y el atardecer, que es cuando canta con más frecuencia. Durante el resto del día este pájaro pardo es muy discreto y difícil de detectar, ya que pasa bastante tiempo escondido en el matorral. Hace unos días, el 20 de marzo, mi compañero Ricardo Santamaría y un servidor localizamos un ejemplar en la zona de Nieva.

Ricardo me ha prestado amablemente unas fotos, cosa que le agradezco un montón. Hay que tener en cuenta que están hechas al atardecer con poca luz. Aunque se encuentra por buena parte de Europa y el oeste de Asia para reproducirse, en la Península Ibérica se restringe a la franja cantábrica, siempre por debajo de los 600 m de altitud. De hecho, la población española se estima entre 5.000 y 10.000 parejas, con las mejores densidades en zonas costeras de Asturias y País Vasco.

Su hábitat típico es el que podemos encontrar en muchas zonas de Gozón: prados abiertos con matorrales dispersos de zarzas o tojos. Este parece ser un buen año para esta especie, en marzo se localizaron varios ejemplares como bien recopila Rubén en su excelente anuario digital. Sin ir más lejos hoy mismo pude localizar en la zona de Nieva un segundo macho cantor.

Como digo el método infalible para localizarla es el canto, una especie de chirrido continuo que recuerda a un saltamontes (a veces puede confundirse) o una caña de pescar recogiéndose. A este ejemplar pude hacerle un vídeo ya cerca del anochecer donde se aprecia ligeramente.