El sábado pasado localicé en la playa de Bañugues mi primer juvenil del año de gaviota patiamarilla Larus michahellis. Muy probablemente procede de las colonias del Cabo Peñas, las más cercanas a la playa.
Lo curioso del caso es que la joven gaviota apareció en el agua a unos metros de la orilla, a la que lentamente se acercó nadando.
Una vez que llegó a la orilla a paso lento y sin echar a volar en ningún momento cruzó el tramo de playa que la separaba de los prados.
Y una vez en los prados se pasó un buen rato paseando de un lugar a otro y comiendo, indiferente a la gente que por allí andaba. Me pregunto si sentiría nostalgia de los prados de la isla Erbosa o del Sabín que hasta ese día seguramente habían sido su pequeño hogar. Poco a poco deberá descubrir que su verdadero mundo está en la mar.
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