Durante el mes de mayo es difícil sustraerse al encanto de la migración prenupcial de limícolas por la costa asturiana. A medida que avanza el mes tres especies son las que van predominando: el chorlitejo grande, el correlimos común y el correlimos tridáctilo. Los bandos de esta última especie son muy atractivos porque en ellos encontramos ejemplares con plumajes muy diversos, desde el nupcial de tonos broncíneos hasta el casi invernal con predominio del blanco.
El correlimos tridáctilo es una de las especies de limícolas de las que más ejemplares podemos localizar anillados, dentro de lo raro que resulta verlos. En un grupo que localicé en la playa de Bañugues hace unos días, de algo más de 30 aves, dos de ellas venían con anillas, y ya me han enviado sus historiales. Uno de ellos tiene un historial corto.
Anillado en las islas Orcadas, al norte de Escocia, en mayo de 2016, tiene una observación en mayo de 2017 en el NE de Islandia (Hoskuldarnes) además de ésta de Bañugues.
El segundo atesora un historial más extenso. Anillado en el invierno de 2007 en Mauritania, el principal lugar de invernada para esta especie, cuenta con más de 25 observaciones desde entonces en su zona de invernada, además de una en Holanda en la migración en mayo de hace unos años y esta de Bañugues.
Si observamos en un mapa las localidades donde se producen las observaciones de ambos ejemplares podemos hacernos una idea de su ruta migratoria.
Desde su principal lugar de invernada, en el oeste de África, los correlimos tridáctilos viajan durante el mes de mayo a traves de Europa Occidental y las islas británicas hasta saltar a Islandia y de ahí a su zona de cría, en el este de Groenlandia. Un traslado de casi 7.000 km que estas pequeñas aves cubren en varias etapas con cortas paradas en playas y estuarios para reponer fuerzas.
Buenos días.
ResponderEliminarDe ahí la importancia que tiene conservar en las mejores condiciones naturales los lugares tradicionales de parada migratoria que las aves utilizan. En este caso, Zeluán, las rías del Eo, Nalón, Villaviciosa, Ribadesella... Y de ahí la importancia del anillamiento científico de aves, la observación de esas aves anilladas y la comunicación de sus avistamientos. Esperemos que en España sepamos conservar los lugares que aún tenemos para que las especies que ahora nos visitan no sigan los pasos del pobre correlimos cuchareta.
Muchas gracias por tu entrada. Muy interesante e instructiva, como siempre. E ilustrada de maravilla con las fotos.
Nacho Vega.