domingo, 26 de agosto de 2018

Los que ya no están

Algunas de las especies de aves que crían en Asturias desaparecen al poco de terminarse la época reproductora, por completo o casi por completo, debido a que realizan desplazamientos bastante tempranos. Entre los paseriformes uno de los casos más llamativos es el del triguero Emberiza calandra, que deja de verse a los pocos días de que vuelan los pollos. Esta semana así y todo me encontré con un joven tardío en la zona de Nieva.


Los trigueros crían en Asturias sobre todo en la franja costera, aunque no exclusivamente, a donde suelen llegar en abril y mayo. Exceptuando la época reproductora son bastante dependientes de su supervivencia de los cultivos de cereal. Estos cultivos prácticamente han desaparecido del territorio asturiano, por eso se apresuran a desplazarse, muy seguramente a Castilla, con tanta celeridad. Los trigueros no se desplazan más allá del Norte de África.



Otras aves no paseriformes realizan migraciones también tempranas a sus cuarteles de invierno en África, como los vencejos o los milanos negros Milvus migrans. Estos últimos realizan concentraciones de grupos familiares a finales de julio y en agosto, destacando en Gozón el embalse de La Granda donde esta temporada contabilicé hasta 14 ejemplares.


Yo este año he dejado de verlos a partir de la primera semana de agosto. Esto coincide plenamente con los resultados del seguimiento de la migración en el estrecho de Gibraltar, donde esta especie es muy numerosa a lo largo de este mes. A partir de la segunda quincena de agosto ya no queda ningún milano negro en Asturias.


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