La curruca zarcera Sylvia communis es una de las varias especies de paseriformes que en esta época abandonan el continente europeo, donde se han reproducido, rumbo a sus cuarteles de invierno en África. Es más numerosa de lo que aparenta, dado que a diferencia de otros pájaros suele mantenerse escondida entre la vegetación arbustiva, saliendo de vez en cuando al descubierto siempre de forma fugaz, como ésta que localicé hace pocos días en la zona de Nieva.
Esta curruca se encuentra bien distribuida por toda Europa, faltando en muy pocas zonas; la página de la UICN estima el número de parejas entre 17 y 20 millones. Casi toda la población europea inverna en la franja del Sahel, la zona de África situada entre el desierto del Sáhara y las selvas tropicales.
La curruca zarcera es uno de los ejemplos mejor documentados de desplomes repentinos de las comunidades de aves. Así, en el año 1969, y como se documenta en el interesante artículo "¿Dónde se han ido todas las currucas?" el número de ejemplares que retornó a las islas británicas descendió cerca de un 75% con respecto al año anterior.
Según se demuestra en el citado artículo, la causa de tal desplome fue una sequía inusualmente intensa que se registró en la zona del Sahel, que debió aumentar enormemente la mortalidad de este paseriforme. Esta sequía debió ser localizada, ya que no afectó a todas las poblaciones por igual, pero las que la sufrieron tardaron varios años en recuperarse, y nunca recobraron los niveles anteriores.
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