La libélula Aeshna cyanea es uno de nuestros más
impresionantes odonatos: de talla grande y vuelo potente y directo, se desplaza
a gran velocidad, y es capaz de rectificar en el aire su dirección con una facilidad
admirable. Es realmente el prototipo del concepto de libélula más arraigado en
nuestro imaginario. Otra característica de esta especie, al menos en nuestras
latitudes, es que resulta ser la de aparición más tardía. Su periodo de vuelo principal
coincide con la última parte del verano y la primera del otoño, en los meses de
septiembre y octubre.
La respuesta evolutiva de A.cyanea ha consistido en retrasar
el periodo de emergencia situándolo en las fechas en las que actualmente la
observamos aquí, con el máximo justo a finales de la estación estival, empujada por
la competencia con estas otras especies. Su desarrollo completo dura dos años, en los que atraviesa, como otras libélulas, por varias fases
larvarias, y parece ser que el desarrollo de las últimas fases antes de la
emergencia está retenido con respecto a lo que sucede normalmente.
Especie normalmente escasa en las zonas que yo controlo
habitualmente, esta temporada está resultando ser bastante buena, y ya he
podido localizar varios machos y juveniles cuyas fotografías ilustran esta entrada.
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