Cada temporada, a mediados de otoño, un pequeño grupo de garcillas bueyeras Bubulcus ibis se asienta en los extensos prados de la zona de Vioño, compartiendo terreno y buena vecindad con el ganado vacuno que pasta aquí de forma extensiva.
Este año no ha sido una excepción, y ya tenemos un grupo de 7 ejemplares establecidos. Entre el blanco níveo de las garzas, los tonos pardos de la raza asturiana de los valles y los prados verdes el contraste cromático es de una gran belleza. A ver cuanto tiempo se quedan.
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