Un par de cigüeñas blancas Ciconia ciconia cicleaban en
la mañana de ayer en los prados de Moniello, junto a la mar, antes de tomar
rumbo oeste en dirección al Cabo Peñas.
La cigüeña blanca es una especie fundamentalmente europea,
que tras una drástica reducción de sus poblaciones a lo largo de buena parte
del siglo XX ha experimentado una recuperación a partir de la última parte de
este siglo y lo que va del siglo XXI, hasta superar las 200.00 parejas. Esta
recuperación ha hecho incluso que las cigüeñas presenten dos pequeños núcleos
de cría en Asturias, uno en la cuenca del Nora y el segundo en la altiplanicie
de La Espina.
La cigüeña blanca tiene dos subpoblaciones. La primera, del
Este de Europa, emigra a través del Bósforo y del Próximo Oriente para pasar el
invierno en África Oriental. La segunda, de la Europa del Oeste, emigra a
través del Estrecho de Gibraltar para invernar en Europa Occidental.
Durante las últimas décadas buena parte de esta segunda
subpoblación, compuesta en su inmensa mayoría por cigüeñas ibéricas, ha
abandonado su carácter migrador de larga distancia para permanecer en el sur de
la Península, alimentándose en vertederos, sin necesidad de cruzar a África.
Así, las aves que aún emigran son sobre todo aves juveniles, que nacen con la
ruta programada en su cabeza, pero con el paso de los años van sumándose al
grueso de las aves que se quedan aquí.
Las aves que se observan en Asturias, fuera de los dos
núcleos de cría que mencionaba antes, son sobre todo aves inmaduras, que tardan
en reproducirse aún unos pocos años. Quién sabe si están explorando nuevos
lugares para instalarse en el futuro. Aquí en Gozón las esperamos con los
brazos abiertos.
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