martes, 16 de abril de 2019

Prados de siega y mariposas

Los prados de siega son los prados tradicionales de toda la vida. Se trata de tierras llanas o de relieves suaves, que se destinan a que en ellos crezca la hierba con el fin de proporcionar alimento para el ganado en época de pastos, así como de disponer de heno para el periodo invernal. Se basan por lo tanto en la alternancia entre siega y pastoreo.


Este modo de manejo permite la regeneración del suelo y la sucesión de especies vegetales a lo largo del año. De este modo presentan una elevada biodiversidad en cuanto a su flora, con especies de muy diversas familias, en especial umbelíferas, papilionáceas o compuestas, que cuando llega la primavera adquieren un enorme colorido por la proliferación de todo tipo de flores.


En estos prados de siega tradicionales es donde encontramos sin duda una mayor diversidad de lepidópteros, que por un lado encuentran en esta variedad de plantas las especies nutricias a las que están asociadas, y por otro lado liban en el néctar de las flores y encuentran la fuente de energía necesaria para poder desempeñar sus funciones vitales.

Así, en estos prados encontramos especies de todos los grupos de mariposas diurnas, que a estas alturas de mediados de abril ya son unas cuantas. Una de las más llamativas, del grupo de los ninfálidos, es la doncella de la centaura Mellitaea phoebe.


La pequeña ninfa de Linneo Coenonympha pamphilus también vive en estos prados, aunque prefiere las zonas con más hierba y menos flores.


Entre los licénidos una de las más frecuentes es la manto oscuro Lycaena tityrus, en la que la hembra (arriba) es más llamativa que el macho (debajo).



Otro licénido frecuente y extendido en estos prados es la ícaro dos puntos Polyommatus icarus, cuyo macho es una de las pequeñas mariposas azules.


Del grupo de los piéridos aún se observan algunos machos de la preciosa cleopatra Gonepteryx cleopatra acosando a las hembras para reproducirse, aunque éstas con el abdomen levantado se nieguen al acoplamiento.


Y del grupo con las mariposas más primitivas, algunas semejantes a polillas, el de los hespéridos, también observamos varias especies, como la escasa ajedrezada yunque Pyrgus armoricanus


o la discreta y muy marrón cervantes Erynnis tages.


Estos prados de siega han ido desapareciendo de forma paulatina del concejo de Gozón, aunque aún nos quedan algunos salpicados por diversos lugares, como el entorno del pantano de La Granda, donde pude realizar todas estas tomas el pasado fin de semana. Poco a poco van siendo sustituidos por explotaciones de la tierra más agresivas, como por ejemplo los cultivos de vallico y otras especies de gramíneas, en los que la variedad de plantas es muy reducida. En esta foto puede verse el contraste entre los prados (a la izquierda) y los cultivos (a la derecha).


En este proceso de pérdida de los prados hemos ido perdiendo también por el camino varias especies de mariposas que no pueden sobrevivir en otros lugares. Esperemos conservar los escasos prados de siega que aún nos quedan y seguir disfrutado del vuelo de estos hermosos insectos.

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